La Mercè y la alcaldesa Colau

La alcaldesa de mínimos ningunea a su patrona con una falta de sensibilidad social

19 mayo 2017 22:09 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:21
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La Mare de Déu de la Mercè, patrona de Barcelona, con el título de Princesa de la Ciudad Condal, es ninguneada por la alcaldesa Ada Colau, de la coalición Barcelona en Comú, de Podemos. En las fiestas de la Mercè ha eliminado del programa oficial la misa que se celebra todos los años en la Basílica de la Mercè. Además, ha añadido, que ni ella ni el consistorio irán a la misa oficiada por el cardenal Lluís Martínez Sistach, por considerar que vivimos en un país “aconfesional”.

El tema ha causado gran extrañeza en muchos ciudadanos de Barcelona que tienen la Mare de Déu de la Mercè como su patrona e intercesora de la ciudad. Precisamente en el año 2018 se celebrará el VIII centenario de la aparición de la Virgen a sant Pere Nolasc, fundador de la Orden de Nuestra Señora de la Merced, el año 1218. Fue el 2 de agosto cuando tuvo lugar la aparición de la Virgen, y 10 días después fundó la Orden de los Mercedarios, con el apoyo del rey Jaume I el Conquistador, y del ilustre jurista sant Ramon de Penyafort.

La orden de los mercedarios fue fundada para la redención de los cautivos en los países musulmanes, y muchos frailes se entregaron a los musulmanes para sustituir y redimir a cautivos cristianos en el Norte de África. Es decir que es una orden muy relacionada con la solidaridad y el orden social, hasta el punto de entregar su vida para redimir a los cautivos.

A lo largo de los siglos, la piedad a la Virgen fue extendiéndose por el mundo, especialmente en América Latina, donde en Santo Domingo, por ejemplo, es la patrona nacional, y en Argentina, la patrona de Tucumán.

La alcaldesa Ada Colau, que tiene solo 11 concejales de los 41 de Barcelona –tiene el apoyo de Esquerra Republicana y del partido socialista- ha decidido borrar del programa el acto de homenaje a la Mare de Déu, transformando la Festa Mejor de Barcelona únicamente en bailes, correfocs, conciertos, piromusicales, iluminar las fuentes de Montjuïc, gigantes, castellers y ball de dimonis. Todo eso está bien, pero la raíz de la fiesta es la Mare de Déu de la Mercè, nombrada también “Generala” por las tropas del Archiduque Carlos de Austria frente a las tropas de Felipe V de Borbón, en la guerra de Sucesión, el 1714, ante la dimisión del general en jefe de la defensa de Barcelona, Antonio de Villarroel. Además, la Virgen libró de la peste a la ciudad, cuando el Ayuntamiento le pidió su intercesión.

Desde hace siglos el Ayuntamiento rinde homenaje a su patrona la Mare de Déu de la Mercè por los beneficios recibidos. Pero ahora, Ada Colau, la alcaldesa de mínimos, ningunea a su patrona, con una falta de sensibilidad, no ya histórica, que sabemos que no la tiene, sino social e institucional. Una alcaldesa debe representar a la ciudad aun en actos que no le gustan, como cuando vino el rey Felipe VI la semana pasada, que allí estaba para “representar a la Ciudad”, a pesar de no gustarle ni el Rey ni la monarquía, y de quitar el busto de su padre Juan Carlos del salón de plenos del Ayuntamiento. Y poca sensibilidad social porque son los mercedarios una orden realmente que se ocupa de los presos y de los cautivos donde los haya.

A un alcalde, o alcaldesa, hay que exigirle que sea institucional, es decir que represente a “todos” los ciudadanos allá donde vaya y donde corresponda. Eso no lo hace Ada Colau, que “planta” a su patrona la Mare de Déu de la Mercè, y todos sabemos que es por su fobia al hecho religioso, y no por cumplir con la “aconfesionalidad” del Estado. A un alto cargo representativo no hace tener solo la vara de mando, sino que hay que exigirle que sepa estar donde hay que estar, pues representa a toda la ciudadanía, de todos los colores políticos, credos religiosos, razas, etc. Dado que ha argentinizado (con argentinos kirchneristas) el Ayuntamiento –su brazo derecho es argentino y vienen de visita a Barcelona cargos del gobierno de Buenos Aires- que sepa que Tucumán tiene en muy alto el respeto y veneración a Nuestra Señora de las Mercedes, como la llaman allí.

Es curioso que desde el mundo católico solo ha protestado la Federació de Cristians de Catalunya, de carácter nacionalista, en una nota en la que pone de relieve la doctrina del papa Francisco, cuando dijo que los cristianos son “parte de la identidad de los pueblos, aunque algunos poderes quieras borrar la religión del espacio público, La Federació y acusa a la alcaldesa que seguir un laicismo ultra y piden que restituya el acto religioso en la Basílica de la Mercè, pues “no queremos una privatización ideológica del Ayuntamiento. El Ayuntamiento es de todos y para todos”. El insigne arquitecto e historiador Joan Bessagoda Nonell dijo que el acto central de la Festa Major de Barcelona era precisamente la Misa Solemne en la Basílica de la Mercè.

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