Los papeles de Panamá

Blanquear el dinero es menos laborioso que blanquear la fachada de las casas pobres

19 mayo 2017 19:45 | Actualizado a 21 mayo 2017 20:31
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Millones de documentos confidenciales se han filtrado como si fueran radiografías delatando que los golfos más respetables son aún más que los catalogados. En el listado de clientes del bufete Mossack Fonseca aparecen, junto a Messi y Almodóvar, Putin y Macri, junto a Pilar de Borbón, la hermanita del Rey emérito, y otras personas intachables acusadas de llevarse lo que no era suyo, sino de todos sus admiradores. Les ayudaron a entender la democracia, que es sin duda el menos peor sistema ideado por los fugitivos seres humanos, como un reparto de responsabilidades entre todos los irresponsables. Gracias a la democracia nos hemos enterado los españoles de que el rescate de Bankia costó el doble de la cifra oficial de 22.000 millones de euros, y esto siempre alivia el corazón aunque duela el estómago. Blanquear el dinero es menos laborioso que blanquear las fachadas de las casas más pobres, donde se juntan generaciones de cal y ninguna de arena. Quienes no creemos en los milagros hasta que no ocurren no acabamos de comprender que asuste tanto repetir las elecciones. Lo más grave que podría suceder es que una vez terminadas, hubiese que repetirlas otra vez, hasta que las llamadas bases no se hundieran por la propia base.

Pablo Iglesias acaba de reconocer que nadie es imprescindible y nadie sobra, pero hay gente en su partido a la que no le importaría prescindir de él, aunque no sobraran sus propósitos. Hay que reconocer que los líderes llevan una vida muy difícil hasta que dejan de serlo. Si fuesen más respetables merecerían todos nuestros respetos, pero la ciudadanía no sabe a qué atenerse hasta que los partidos pacten. Nos gusta votar, pero no sabemos a quién. Las llamadas bases deberán pronunciarse tanto si alcanzan un acuerdo de Gobierno como si no. La intriga crece, aunque el desenlace está previsto. El futuro está escrito, pero todavía hay que leer los papeles de Panamá. Una caligrafía múltiple. Sólo la entienden los golfos de levita. Incluidos los líderes mundiales.

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