Mal momento para debatir sobre lenguas

Quien haya tenido la idea en el PSC de sacar ahora el asunto no saldrá precisamente a hombros del equipo negociador de Pedro Sánchez.

 

23 noviembre 2019 01:50 | Actualizado a 18 enero 2021 13:55
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La política catalana concede múltiples ocasiones para acudir a las citas de Groucho Marx. En esta ocasión viene como anillo al dedo la máxima que proclama que «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados». Así sucede en la decisión del PSC de debatir en su próximo congreso, previsto para mediados de diciembre, «flexibilizar» el modelo de inmersión lingüística en las escuelas de Catalunya. Cuando parecía que este tema estaba más que superado para los socialistas, sorprende que vuelva a ponerse sobe la mesa. Interpretan los analistas que puede responder a una estrategia electoral para recuperar votos que se fueron hacia Ciudadanos, aprovechando la desbandada que ahora vive la formación que lideraba el dimitido Albert Rivera. El documento marco que el partido votará modifica la línea que los socialistas catalanes han seguido hasta ahora en materia lingüística y apuesta por un «modelo plurilingüe» que tenga «la flexibilidad que la realidad sociolingüística presente en nuestro país exige». Los impulsores del documento argumentan que el procés ha provocado una ruptura del «pacto de convivencia en materia lingüística». El texto acusa al independentismo de haber patrimonializado el catalán y consideran que existe riesgo de que la lengua materna «se convierta en un factor de división social». No hay tema que genere más susceptibilidades que el de la lengua y la manera de abordar su enseñanza en el trayecto educativo. La realidad demuestra que no hay una fórmula universal y que todos los sistemas son mejorables. Lo es el sistema de inmersión aplicado en Catalunya y lo es el del País Vasco de doble vía. Por tanto es bueno debatir para mejorar. Ahora bien, por la especial emotividad que levanta la cuestión lingüística no conviene afrontar este debate en tiempos convulsos. Quien haya tenido la idea en el PSC de sacar ahora el asunto no saldrá precisamente a hombros del equipo negociador de Pedro Sánchez. ¡Cuanta razón tenía Groucho Marx!

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