Más allá de un mal arbitraje

19 mayo 2017 20:10 | Actualizado a 21 mayo 2017 21:34
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Un buen amigo y acérrimo seguidor del Nàstic mantiene que hay que saber leer entre líneas cualquier arbitraje. Su teoría se basa en que cuando un equipo sale clarísimamente beneficiado en un determinado partido se debe a que esa ‘ayuda extra’ le interesa a alguno de los estamentos que controlan el fútbol español. O mirándolo desde la óptica contraria, se quiere perjudicar en concreto a un equipo.

Después de dos penaltis más que dudosos señalados en contra de los granas, otro a favor no pitado por el colegiado y ocho tarjetas amarillas para el conjunto de Vicente Moreno (por dos del rival) queda claro quién salió favorecido y quién damnificado en el encuentro del sábado en Son Moix.

Habrá quién piense que si esa teoría existe puede haber sido puntual; muchos otros, que dirigir un partido es muy complicado y que el colegiado no siempre acierta (la versión que públicamente suele explicar el caballeroso Vicente Moreno cuando le preguntan por un arbitraje concreto).

Vinculados o no a esa conjetura hay otro dato revelador: al Nàstic le han pitado nada menos que ocho penaltis en contra ya con los dos del sábado. Y aún así -Reina ha parado tres de esas penas máximas- sigue en la zona de cabeza de Segunda, en puestos de play-off y con las plazas de ascenso directo a Primera a tiro. Los granas suman además seis partidos consecutivos sin perder, a pesar de no practicar su mejor fútbol de la temporada en las últimas jornadas. Toca olvidar cuanto antes el partido de Mallorca y centrarse en el próximo, la visita del Valladolid.

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