Nueva liebre en el canódromo catalán

El independentismo no se dará por satisfecho hasta la secesión. El gobierno español debe explotar esa primera victoria soltando una nueva propuesta pero sin repetir el error de Rajoy con Puigdemont

27 junio 2021 19:50 | Actualizado a 28 junio 2021 05:37
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Les voy a hacer aquí de Iván Redondo (con permiso de Miquel Iceta) al pergeñar este informe ejecutivo en seis letras que cualquier día aparece sobre una mesa del Complejo Moncloa:

a) Los indultos han demostrado ser la medida más inteligente en una década de un gobierno español en el conflicto catalán. Han dividido aún más al independentismo de lo que es capaz de dividirse por sí solo, que no es poco. Y han puesto en evidencia que la mayoría de los catalanes no son independentistas, aunque los suficientes para ganar elecciones se dejen arrastrar por el núcleo que siempre lo ha sido y por el aparato que vive de serlo.

b) Ahora el gobierno español debe explotar esa primera victoria soltando una liebre, una nueva propuesta, en el canódromo catalán; pero sin repetir el error de Rajoy cuando intentaba satisfacer a Puigdemont con algunos caramelos; porque el independentismo no se dará nunca por satisfecho hasta la secesión.

El presidente Sánchez haría esa oferta inédita no a los independentistas, sino a los catalanes. Esa sí es una apuesta con tantas posibilidades como diversos somos en una sociedad mucho más compleja que la caricatura en blanco y negro que nos vende TV3.

Y esa nueva mayoría social catalana por recomponer sí que estaría dispuesta a un nuevo pacto territorial.

Sabemos que Sánchez estaría pensando en un referéndum, pero no el que se espera en Palau, sino en la consulta que dejaría al directorio independentista sin más argumentos que el de su propia obcecación: retratado como el bando intransigente que no quiere decidir.

c) Por supuesto que los independentistas no van a aceptar esa oferta de Moncloa como no han aceptado los indultos; pero Sánchez debe insistir y caracolear por la banda hasta volver a centrar con la consulta una y otra vez no sólo para los políticos en la mesa de negociación, sino para toda Catalunya.

d) ¿No están más dispuestos a correr tras esa nueva liebre empresarios, sindicatos o profesionales que políticos que miden su futuro por su capacidad de no ceder?

Piensen en actos como los recientes de Sánchez en el Cercle, Foment o el Liceu. Y multiplíquenlos en las próximas semanas por diez. ¿Demasiados? ¿Cuántos eventos independentistas han contado con el presidente de la Generalitat en los últimos diez años? Pues eso.

e) ¿Y la aritmética parlamentaria? A priori podemos anticipar que el presidente Sánchez estará siempre bailando en el alambre. Su nuevo galgo propuesta será vituperado, boicoteado y denostado por la derecha española. Lo que no es un mal aval en Catalunya.

f) Esa nueva liebre será derrotada con votos a izquierda y derecha en el Congreso, en el Parlament, en «comarques» y hasta en alguna escaleras de vecinos. No importa. Al cabo, el PP puede ganar las generales contra Catalunya, pero el PSOE solo puede ganar con Catalunya; por eso Sánchez se fajará en el estilo correoso y machacón que hasta ahora solo exhibe el independentismo.

Es el momento de que Moncloa busque y encuentre aliados en la sociedad civil para abrir una tercera vía que supere la bipolarización que hasta ahora ha alimentado al independentismo y a la derecha española. Debe demostrar así que la tercera vía no está muerta, sino que es la natural en este país que siempre fue, como todos los civilizados, de mucho pacto y alguna renuncia.

Periodista. Lluís Amiguet es autor y cocreador de ‘La Contra’ de ‘La Vanguardia’ desde que se creó en enero de 1998. Comenzó a ejercer como periodista en el ‘Diari’ y en Ser Tarragona. Su último libro es ‘Homo rebellis: Claves de la ciencia para la aventura de la vida’.

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