Oración de un turista

Hace 30 años acompañé a Joan Maria Pujals, entonces President de la Diputació, en un viaje a París. De aquella visita, diciembre de 1991, he conservado y comparto en estas fiestas navideñas unas notas que escribió uno de los participantes, a modo de poética oración de acción de gracias de turista. Va el texto:

«Gracias, mi Dios, por el plácido vuelo y el mar de algodón que pudimos ver desde arriba. Gracias por el viaje en el Bateaux-mouche por el Sena, contemplando las maravillas de París, hechas por mano de hombre con el ingenio que Tú le diste. Gracias por la Torre Eiffel luminosa, vista desde el Trocadero, como puesta en una peana para ser admirada en la noche fría. Gracias, al fin, Virgen de Notre-Dame que gobiernas París desde tu pequeña isla».