Por qué Donald Trump puede ganar las elecciones de noviembre

En 2016, Trump demostró que lo imposible es posible y ganó a la
demócrata Hillary Clinton. Hoy, a pesar de sus errores y nivel de
aprobación, su reelección no se puede descartar 

19 julio 2020 10:50 | Actualizado a 19 julio 2020 18:48
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Faltan 106 días para las elecciones en Estados Unidos, que enfrentarán al presidente Donald Trump –republicano que busca su reelección– con Joe Biden –demócrata y exvicepresidente de Barack Obama con una larga carrera en Washington–. El 3 de noviembre los estadounidenses irán a las urnas para decidir la continuidad de un mandatario que no ha dejado a nadie indiferente en el país y avalado por un partido republicano escorado a la derecha, o un político como Joe Biden, moderado que tiene detrás a un partido que ha virado a la izquierda (socialdemócrata, diríamos en Europa, pero visto como izquierdoso por muchos estadounidenses).

Hoy las encuestas favorecen sin duda a Biden, con ventajas muy superiores a las que vimos en el 2016 cuando la entonces aspirante demócrata Hillary Clinton se paseó por la campaña con aire de ganadora y con una confianza que acabo llevándola a la derrota.

Biden supera a Trump en intención de voto en un 8,6%. Aun así, la partida no está ganada

Según la media de encuestas nacionales que elabora Real Clear Politics –organización que agrupa a «periodistas experimentados para ofrecer noticias y análisis imparciales»–, hoy Biden, con 48,7 por ciento de apoyo, supera a Trump en intención de voto en un 8,6 por ciento (Trump tiene el 40,1 por ciento y un nivel de aprobación de su gestión como presidente del 41,6 por ciento). Aun así, la partida no está ganada ni para Biden ni para Trump.

En 2016, las encuestas y las probabilidades de victoria dejaban en porcentajes de un dígito las opciones del republicano y, para sorpresa de muchos, Trump ganó el colegio electoral, que es –por el sistema de voto indirecto que tiene Estados Unidos– lo que importa para alcanzar la presidencia. De esa experiencia traumática para los demócratas, hoy la campaña de Joe Biden saca y aplica conclusiones, la más importante de las cuales es que lo imposible es posible y nada se puede dar por sentado, aunque las encuestas digan lo contrario. Por eso, Biden está peleando todos los frentes a los que alcanza, incluidos los estados del llamado cinturón del óxido –esos estados del Medio Oeste del país: Wisconsin, Michigan, Pensilvania…–, pero también Florida, Arizona, Carolina del Norte, o incluso el que ha sido santuario republicano desde finales de los años setenta, Texas, que podría votar demócrata, de acuerdo a las encuestas.

Hay ciudadanos que adoran a Trump y creen que es un hombre escogido por Dios 

En una elección con candidatos convencionales, la victoria de Biden se daría por sentada pero la personalidad de Trump y el culto que le profesan millones de ciudadanos hace que nada esté decidido. Primero, porque hay ciudadanos que lo adoran, que creen que a pesar de todos sus desaciertos, es un hombre escogido por Dios (literalmente así lo ve el votante evangélico más conservador).

Segundo, porque su figura polarizante que incomoda a muchos acaba generando un voto oculto que es real y significativo, y que no se refleja en las encuestas.

Tercero, porque sea quien sea el candidato demócrata –por muy moderado o incluso conciliador que se muestre–, hay estadounidenses que nunca votarán otra opción que no sea la de su partido republicano.

Y finalmente, porque si algo ha demostrado Trump en su vida, en las primarias republicanas del 2016 y en las elecciones contra Clinton el mismo año, es que él sabe marcar la agenda, crear noticia y llegar al votante con mensajes poco ortodoxos (cuando no políticamente incorrectos) que sintonizan con su electorado –el seguro y el potencial– en los estados clave que son necesarios para llegar a la Casa Blanca. Trump ganó por la mínima en seis de esos estados clave para conseguir los 270 votos del Colegio Electoral: Michigan (0,2%), Pensilvania (0,7%), Wisconsin (0,8%), Florida (1,2%), Arizona (3,5%) y Carolina del Norte (3,7%).

Joe Biden tiene un elemento a su favor que es transversal a las diferentes sensibilidades de votantes que le pueden apoyar: un gran movimiento anti Trump. Pero Trump ha mantenido bastante sólida su base de votantes y solo necesita mantenerlos activos, que voten… y desacreditar a Biden; y en eso es un experto que juega con sus reglas, unas reglas a las que Biden –como Hillary en 2016– no van a jugar.

El partido está abierto.

*Gustau Alegret, director de noticias en Estados Unidos de NTN24. 

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