Las fiestas de Santa Tecla tenían todo en contra este año, pero la santa ha podido con el virus.
Los tarraconenses han visto cómo sus entidades, en colaboración con el Ayuntamiento, han celebrado actos festivos con singular aprovechamiento de los parques, sobre todo del Camp de Mart, cuya carpa, criticada en su día, es un lugar único con el fondo de la muralla. Pero también el Parc Saavedra, y el de la Ciutat, en el que los vecinos pudimos contemplar unos magníficos fuegos artificiales.
La mayor sorpresa, con todo, fue el baile del Àliga y el Lleó ante el altar de la Catedral, que acogía el Braç de Santa Tecla. Los irracionales, entrando en el templo, venían a decir: también nosotros somos creación, no solo los humanos y las plantas.