Se veía venir

El hospital de Reus, ahora bajo la batuta de Catsalut, va a ampliar servicios (...) Hasta los ciegos lo veían y ahora parece ser que se empieza a ver lo planificado para nuestro territorio en materia de salud pública

16 septiembre 2020 10:20 | Actualizado a 16 septiembre 2020 11:37
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Leo en este mismo medio de comunicación, que el hospital de Reus, ahora bajo la batuta de Catsalut, va a ampliar servicios. En concreto el titular del artículo reza «el cambio de gestión del Sant Joan abre la puerta a nuevas especialidades médicas». Lo firma Jordina Salvat y salió en la página 17 del pasado domingo, 13 de septiembre. No tiene desperdicio alguno y entre sus líneas se puede leer el futuro sanitario para el Camp de Tarragona. Hasta los ciegos lo veían y ahora parece ser que se empieza a ver lo planificado para nuestro territorio en materia de salud pública. No voy a extenderme más en futuro, quiero profundizar en el pasado.

Por fin se van consolidando y se va haciendo la luz para los planes de la Sanidad Pública para el Camp de Tarragona y un tanto para las Terres del Ebre. Era una muerte anunciada y se veía venir entre líneas lo que se pretendía realizar en materia sanitaria para nuestro territorio. Hay que recordar que el anterior alcalde del consistorio tarragoní salió varias veces en este mismo medio de comunicación y opinión, y en otros medios, diciendo más o menos que pasarían por encima de su cadáver si uno solo de los servicios médicos era trasladado al hospital de Reus. Algo debería saber o debía haber oído en sus múltiples reuniones a las que asistió. No fue el único, otros políticos que vienen de vez en cuando a las colonias del sur (sobre todo en precampañas) para apaciguar los ánimos de los ciudadanos inquietos, apostaron por lo mismo y nos ofrecieron humo en forma de edificios. No hace falta ser un lince, ni tener una bola de cristal donde ver en avanzada lo que ahora parece ser está cristalizando. Muchos de los que nos hemos y se han dedicado a la sanidad pública lo íbamos pregonando cual heraldos sobre lo que se estaba tramando y sobre el futuro sanitario que nos espera.

No es que sean malos augurios, son diferentes. Con el presente escrito no pretendo crear ansiedad, alarma o un estado emocional de peligro, simplemente informar. Dada la situación actual puede que sea lo más razonable, pero tiempo atrás se podía haber planificado de manera diferente. No interesó a los mandatarios y los intereses de éstos fueron los que están apareciendo. Pensando con una mente abierta y futurista, puede que sea lo menos malo para el contexto de los ciudadanos que residen en estas latitudes. Lo único que cambiarán será quién es la referencia y quién llevará la batuta.

No se piensen los lectores que ahora se me abren los ojos y pretendo aprovecharme de lo que se ha escrito. Los que han ido siguiendo mis tribunas en este medio bien saben que llevo más de una década alertando y denunciando que debíamos ir con cuidado con la pérdida de la capitalidad sanitaria de la ciudad de Tarragona. En concreto mi primera tribuna apareció el martes 30 de marzo del 2010 en la página 17 llevaba por título: «Un nuevo Joan XXIII». Siguieron otras cuantas como «Con conocimiento de causa» el 27 de abril de 2010; Quousque tándem abutere patientia nostra el 6 de septiembre de 2010; «Adiós, sanidad pública, adiós», el 14 de septiembre del mismo año; «Me duele», el 1 de octubre de 2010. Para no cansar, han sido unas treinta y tres tribunas y otras colaboraciones alertando lo que se estaba tramando. Este periplo informativo ha finalizado hace poco con una última tribuna titulada: «Te doy mi alma» que apareció durante la pandemia, en concreto el pasado 29 de junio. Los que quieran profundizar en el tema pueden buscar en la hemeroteca cómo se ha visto este cambio a través de los escritos.

¡Se venía venir! Recuerdo una tarde primaveral, a la que no pongo fecha, esa tarde se realizó en la sala de Grados de la Facultad de Medicina un café tertulia con el entonces rector de la URV. Por aquel entonces el rector tenía programado una serie de charlas informales con las diferentes facultades de los diversos campus universitarios de la URV. Las llamaban «charlas con el rector», si no me falla la memoria. En aquella tarde al rector se le escapó o dejó caer la palabra «Hospital Clínico» al referirse del nuevo edificio que se pretendía construir, el actual Hospital Universitario Sant Joan. Se trataba de poner sobre la mesa que ya estaba planeado hacer un Hospital de alto rango en Reus, muy cerca de donde se pretende construir la nueva facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. Ante mi alerta le pregunté de cuántas camas hablábamos, ante la pregunta se quedó perplejo pero la habilidad de uno de sus acompañantes le sacó del aprieto y se vino a decir que no era conocido y que no tenía mucha importancia. Mi pregunta se produjo en defensa del J23, hospital de referencia sanitaria por aquellas fechas y hospital en el que trabajaba.

Han pasado sus buenos tres lustros y puede que un poco más. Todo estaba previsto y todo estaba pactado. En política, los cambios de gobiernos, los presupuestos, los recortes, las crisis y todo lo que quieran poner, todo hace que los proyectos vayan lentos, pero van sin pausa. Se empezó un megahospital que se conoce por el aeropuerto, debido a su estructura. Le dediqué una tribuna alertando de lo majestuoso que sería este hospital con unos cimientos como los que hacían. Pocos o casi nadie hizo caso o le importó un bledo lo que se estaba tramando con la Sanidad Pública de nuestro entorno y eso que a más de uno le ha costado su cabeza. Somos como somos.

¡En fin!, no debemos preocuparnos. La Sanidad Pública en Catalunya va cambiando, cambiando de ubicación, de estructuras, de manera de gestionarla, de manera de trabajar. Sólo hay que recordar que ante la pandemia en la que estamos inmersos y que seguramente nos va a venir más virulenta, la respuesta de Salut para nuestro territorio ha sido aprovechar los recursos de los que disponemos, mientras que en otras zonas se van a construir cinco hospitales específicos para la Covid1-9. Casi seguro que en los planes de los políticos del ramo figura que con lo que tenemos ya es suficiente. Solamente hay que reestructurar y por lo que parece el J23 se queda de segundón. Visto lo visto ahora le toca hablar a la ciudadanía si cree que lo que se presenta es lo que se merece y es lo más indicado para sus necesidades.

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