La reunión de Puigdemont con Rajoy en la Moncloa era secreta, porque así la quisieron sus protagonistas, pero para guardar un secreto no es preciso mentir como hicieron algunos de sus colaboradores.
Es muy extraño que Enric Millo lo supiera y no se hubiera enterado García Albiol, que lo negó. Es raro que Miquel Iceta estuviera al caso y que Neus Munté, portavoz del Govern, la negara radicalmente. Ha habido algo más que silencio de oficio: nos han mentido.
Para mí estaba clarísimo que hubo reunión cuando La Vanguardia lo dijo. Ningún director abriría portada con una noticia sin haberla confirmado. Credibilidad aumentada cuando vi la firma de Lola García, la periodista que sigue mejor el procés de toda la prensa catalana.
Una vez más, el periodismo ha prestado un buen servicio. Hay políticos que trabajan para su ego o sus partidos, y hay periodistas que trabajan para la verdad.