Una pantera con gato encerrado

20 septiembre 2020 09:20 | Actualizado a 20 septiembre 2020 10:42
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Si hace unos meses fue Valladolid el escenario donde se montó un gran operativo en busca de un cocodrilo que nunca apareció, esta semana ha sido Ventas de Huelma, un pequeño pueblo granadino de 600 habitantes, el que ha arañado un hueco en la actualidad nacional e internacional gracias a su pantera negra, un «bicho» que los lugareños aseguran haber visto e incluso «oído rugir» y que ha puesto en jaque a la Guardia Civil, que una noche hasta utilizó un cerdo como cebo para capturar al animal que tantos desvelos provoca –no dio resultado–.

Pero las imágenes captadas por un fotógrafo que se desplazó al lugar muestra que el fiero felino es más bien un gato al que se le fue la mano –o la pata– con la dieta y aquellos rugidos no serían más que el ronroneo del gatito, algo que los vecinos se niegan a aceptar; ellos prefieren creer que una pantera negra anda suelta por los alrededores de Ventas de Huelma

. En todo caso, lindo gatito o salvaje pantera, lo cierto es que el felino ha conseguido lo que tanto y con tan poco éxito persiguen todas las autoridades estos meses de pandemia: el temor a convertirse en su cena ha confinado en casa a toda la gente y dejado cada noche desiertas las calles del pueblo. Al final, en lugar de multas será más efectivo soltar unas panteras –o gatitos grandes– por ahí. Igual así acabamos con los botellones nocturnos.

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