ETA entra en la campaña

Hace diez años que ETA anunció el abandono de las armas, pero aún hay demasiados flecos abiertos que impiden que se haya cerrado la herida provocada por un terrorismo tan cruel e inhumano como carente de sentido. Uno de ellos es el esclarecimiento de numerosos asesinatos que aún están por resolver.

El poder judicial encontró una vía legal para juzgar por los crímenes a la cúpula, sin cuya participación las muertes no habrían tenido lugar. Una de ellas es la del juez tarraconense Francisco de Querol, asesinado el 30 de octubre del año 2000.

La noticia de la reapertura del caso llega cuando ETA ha vuelto a la actualidad por la inclusión de hasta 44 expresos de la banda, algunos de ellos autores de asesinatos, en las listas de EH Bildu para los comicios del 28 de mayo. La presencia de estos candidatos podrá ser legal, una vez que ya han cumplido sus condenas, pero demuestra una nula voluntad de avanzar hacia la normalización y una absoluta falta de empatía con las víctimas del terrorismo que no son de recibo.

Resulta obvio que EH Bildu tiene aún pendiente realizar un movimiento autocrítico sincero sobre lo que fue el ejercicio de la violencia y la intimidación que durante años negó el pluralismo de las sociedades vasca y española y persiguió con saña al diferente. Y es que acciones de esta naturaleza son un paso atrás, un error político grave y una gran contradicción que no se sostiene con determinados mensajes.

Como era de prever que en un contexto de gran crispación política y con unas elecciones en las puertas, las listas de Bildu han encendido aún más la campaña, a pesar de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, consideró el viernes «indecente» la inclusión de estos aspirantes.

El terrorismo es un tema demasiado sensible e importante como para permitir que forme parte de la disputa electoral. Aunque solo sea por el respeto que merecen las víctimas.