El 19 de mayo de 2003 se firmaba el Pacte de la Boella, el acuerdo territorial que representó el gran impulso del Aeropuerto de Reus. El mismo año, en noviembre, llegaban allí los vuelos low cost con las primeras rutas de Ryanair. El acuerdo lo firmaron la Diputació de Tarragona; los ayuntamientos de Tarragona, Reus, Vila-seca y Cambrils; el Port de Tarragona; la Confederació Empresarial de la Província de Tarragona (CEPTA); las cámaras de comercio de Reus, Tarragona, Tortosa i Valls; la Federació Empresarial d’Hosteleria i Turisme de Tarragona (FEHT) y la Unió de Botiguers de Reus. Y fue el embrión de la Taula Estratègica de l’Aeroport, un espacio de trabajo al que posteriormente se sumó la Generalitat y donde el análisis, la estrategia y la evaluación son los pilares fundamentales. La Taula se lleva a cabo periódicamente y ayer, de forma simbólica, se celebró en la Boella, donde tuvo lugar el acto conmemorativo del 20 aniversario del Pacte, que sus protagonistas calificaron de histórico ya en su momento y que sigue siendo esencial para el desarrollo de la infraestuctura aeroportuaria.
Para que el Aeropuerto tenga el impulso definitivo es clave que la estación intermodal tome forma de una vez por todas
El de ayer fue un día de felicitaciones: nuevas rutas programadas para la próxima temporada de verano que supondrán un aumento del 16% de su actividad respecto al año pasado; y justo un año en el que el Aeropuerto ha alcanzado los datos pre pandemia, superando de nuevo el millón de pasajeros. Pero a las puertas de un invierno sin actividad.
Falta camino por recorrer y la desestacionalización es la gran asignatura pendiente, pero no depende solo del propio equipamiento. Es un tema de la Costa Daurada como destino que se trabaja desde varias perspectivas y que es necesario que dé sus frutos. Para ello, es clave que las infraestructuras ferroviarias anunciadas y programadas acaben tomando forma de una vez. Y es que la estación intermodal es clave para dar al Aeropuerto de Reus el impulso definitivo que se merece.
