Qué triste

El club tinerfeño UD La Laguna, con equipos en varias categorías de fútbol base, anunció que ninguno de sus conjuntos jugará en el campo Antonio Yeoward, del barrio Toscal-Longuera, de Los Realejos. La decisión responde a los insultos racistas que recibieron algunos jugadores y como reivindicación para que se tomen medidas contundentes para evitar episodios violentos en el fútbol base.

Los incidentes se registraron cuando su equipo juvenil B –hablamos de menores de edad– visitó el referido campo. El ambiente en las gradas no era el mejor desde el minuto uno, pero la tensión aumentó tras un tanto del conjunto local. Entre los numerosos insultos se escuchó «mono de mierda» en referencia a un jugador negro del combinado lagunero, un comentario que escuchó el árbitro y que trasladó a ambos banquillos, llegando el momento en el que el técnico del equipo decidió sacar a sus jugadores del campo.

El club de La Laguna señaló que luego su equipo tuvo que permanecer encerrado en el vestuario para evitar insultos y agresiones –un aficionado rival portaba una pistola eléctrica–. Se necesitaron tres patrullas policiales para que el equipo pudiera salir de la instalación con seguridad. Qué triste que haya energúmenos que acuden a un campo de fútbol para insultar a los rivales, o al árbitro, o a quien sea. Qué triste que un espectáculo así se dé en un partido de chavales. Qué triste que haya clubes que permitan la entrada a semejantes individuos.

Qué triste todo.