Sospechosa habitual por robo de identidad

Imagine que, de la noche a la mañana, sin comerlo ni beberlo, comienza a recibir denuncias de personas que le acusan de ser un timador e incluso es citado por este delito por diferentes juzgados.

Bien, pues esta pesadilla, propia de un retorcido guion cinematográfico, es la que está viviendo una vecina de Almería que ha sido víctima de una usurpación de identidad y que se enfrenta a un rosario de denuncias y juicios a lo largo y ancho de toda España por presuntas estafas cometidas a través de internet en las que los criminales usan los datos que le robaron en su día.

Ya en marzo de 2022 la mujer denunció ante la Guardia Civil que «personas desconocidas le habían usurpado la identidad y estaban cometiendo estafas a terceros utilizando copia de su DNI que habían obtenido mediante engaño con un supuesto interés en el arrendamiento de una vivienda que esta tenía ofertada».

Estos delincuentes cometen pequeñas estafas a través de Facebook, Wallapop u otras plataformas, de 70 euros, 200 euros... Siempre es menos de 400 euros, ya que a partir de dicha cuantía se pasa de un delito leve de estafa a un delito, con penas mayores. Y la pobre mujer, que padece depresión por esta causa, cada mes se ve obligada a realizar «una o dos declaraciones por videoconferencia en varios juzgados de Catalunya, de Valencia, de Zaragoza... De un montón de sitios.

Tenemos como 12 o 14 procedimientos abiertos, aunque tenemos ya unas 5 o 6 sentencias absolutorias... Y las que quedan», cuenta su abogado. De hecho, ella ya tiene preparado un mensaje en el que explica que no es ella, que está todo denunciado, pero no hay forma. Ya lo ven, una pesadilla que nos recuerda que facilitar ciertos datos personales en internet o las redes sociales no es, desde luego, una buena idea.