La vida de Rita Levi-Montalcini se puede resumir en una frase: más de un siglo de lucha. Levi-Montalcini murió centenaria y a lo largo de toda su vida tuvo que vencer, uno a uno, los numerosos obstáculos que le impedían realizar plenamente su proyecto personal. Nacida en Turín, era la hija menor de una familia numerosa de origen sefardí. Levi-Montalcini tuvo que trabajar de hornera para pagarse los estudios de medicina, que cursó entre 1930 y 1936, una etapa difícil para una familia judía de clase media en la Italia fascista. Atraída por la histología, Levi-Montalcini se incorporó como ayudante al laboratorio de Giuseppe Levi en la Università degli Studi di Torino, hasta que Il Manifesto per la difesa della razza, dictado por Benito Mussolini en 1938, prohibió a los judíos seguir una carrera académica y profesional. Levi-Montalcini diría, años más tarde, que había sido un estímulo, que le tenía que agradecer a Mussolini haberla declarado de una raza inferior, porque la extrema dificultad y el sufrimiento le habían hecho crecer, esforzarse y superar con más voluntad los obstáculos que había encontrado en su carrera científica. Le dieron el Premio Nobel en 1986. Llevaba un moño magnífico y un brazalete de plata que cuando hablaba repartía música en el aire. Fue amiga de Primo Levi, de Natalia Ginzburg, de Ludovico Einaudi. Tenía los ojos azules y la firmeza de una vida vivida plenamente.
Rita Levi-Montalcini
11 febrero 2025 19:29 |
Actualizado a 12 febrero 2025 07:00

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