En Barra (Escocia) el aeropuerto tiene una pista sobre la playa. La curiosidad es que los aviones que allí se atreven no despegan ni aterrizan durante la noche o en horas de marea alta, ya que el pavimento queda bajo el agua.
En el proyecto para ampliar El Prat la pista se haría sobre el mar a una milla de la costa (con la que le uniría una pasarela). Sería de 3.400 metros, paralela a la playa, y sostenida a 10 metros de altura sobre el nivel del mar por centenares de pilones. El proyecto costaría 2.000 millones, aunque también podría ser el doble.
Con ello se lograría ampliar El Prat y salvar La Ricarda, con sus aves, anfibios, reptiles y pequeños mamíferos. Sería pues un proyecto sostenible, aunque no sé cómo se lo tomarán los peces.