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¿Hay vida extraterrestre? La evidencia de lo que sabemos

Tres expertos declararon bajo juramento la semana pasada ante el Congreso de Estados Unidos. Dos fueron militares y el el tercero, director de una organización dedicada al espacio. Lo que contaron no es concluyente

30 julio 2023 20:12 | Actualizado a 31 julio 2023 07:00
Gustau Alegret
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¿Cree usted en los ovnis? ¿En los extraterrestres? Fantástico. No se sienta mal ni un bicho raro. Está usted en su derecho de creer en lo que quiera. Lo importante es que usted esté convencido y, si me permite, atienda a la evidencia.

Creer en los ovnis o la vida extraterrestre no es –o no debería ser– una religión. No se lleve las manos a la cabeza: las religiones ovni están presentes en sociedades tecnológicamente avanzadas, especialmente en Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido. La mayoría nacieron en los años 1950, otras surgieron en los 1970 o en los 1990. Ganan adeptos cuando crece el interés por este tema, y todas suelen tener un carácter sectario. Pero a lo que iba: atendamos a la evidencia.

Las religiones ovni están presentes en sociedades tecnológicamente avanzadas

La semana pasada en el Congreso de Estados Unidos hubo una audiencia en la que representantes demócratas y republicanos invitaron y preguntaron –bajo juramento (decir mentiras bajo juramento en EEUU es un delito muy grave penado con cárcel)– a tres expertos sobre ovnis, vida extraterrestre o fenómenos no comprendidos.

Dos de ellos trabajaron como militares –uno en la Marina y otro en la Fuerza Aérea–, y el tercero era director de una organización dedicada al espacio, Americans for Safe Aerospace.

Por sus respuestas supimos que Estados Unidos está en posesión de partes aeronaves de origen «no humano» y de restos biológicos de entes «no humanos»; y que ambas cosas están siendo investigadas en un programa de la inteligencia estadounidense.

Ganan adeptos cuando crece el interés por este tema, y suelen tener un carácter sectario

Sus declaraciones provocaron un renovado interés por el tema que, lógicamente, nos genera curiosidad. Ese mismo día, y en los días subsiguientes, volvimos a ver esos videos aparecidos hace unos años de luces en el cielo o aparentes objetos voladores que no entendemos con las leyes de la física con la que hoy nos explicamos nuestro entorno.

Fíjense que los estudiosos de esta materia hasta hace unos años hablaban de objetos voladores no identificados, y hoy hablan de fenómenos anómalos no identificados. Es decir, que no los podemos identificar o explicar con lo que sabemos; pero no hablan de alienígenas o extraterrestres.

En la historia de la humanidad ha habido muchos eventos o sucesos que, en el momento en que ocurrieron, quienes los vieron o vivieron no los comprendían; y, en muchos casos, los explicaban como fenómenos causados por dioses, por la brujería o por el diablo.

En la historia de la humanidad ha habido muchos sucesos que no se comprendían

Eclipses, rayos, truenos, terremotos, erupciones volcánicas o enfermedades como la peste o la lepra, y con el tiempo supimos, gracias a la evolución del conocimiento, de las leyes de la física o la química, o de la medicina, qué era lo que los causaba o provocaba.

Yo no estoy en disposición de negar que no exista vida extraterrestre, tampoco de afirmarlo porque, que esas naves o restos sean «no humanos» no quiere decir que vengan del mundo exterior. De hecho, creo que si la Tierra ha permitido la evolución de la vida, no puedo descartar que esa evolución se haya podido producir en otros planetas o sistemas.

Desconozco, eso sí, si es así, y si es vida inteligente –que son cosas distintas–. Y desconozco también si esa vida puede haber evolucionado tanto como para desarrollar una tecnología que les permita atravesar el Universo y adentrarse en el nuestro para llegar a nuestro planeta.

Todo el mundo tiene derecho a su propia opinión, pero no a sus propios hechos, y los hechos, hoy no son concluyentes.

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