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    La política en Estados Unidos los extremos se tocan

    En 2020 miles de personas protestaron por la agresividad policial, y pedían quitar la financiación a la policía. Eran radicales de izquierda. Hoy son radicales de derecha los que piden lo mismo con el FBI.

    21 agosto 2022 19:56 | Actualizado a 22 agosto 2022 07:00
    Gustau Alegret
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    Los extremos se tocan. Esta descripción es aplicable a varias situaciones en la vida, pero, en política, la primera vez que recuerdo haberla oído fue cuando un analista político la usó en 2016 para explicar cómo, miles de seguidores a los que cautivó el senador Bernie Sanders en las primarias demócratas que le enfrentaron a Hillary Clinton, acabaron apoyando, en las elecciones de noviembre, a Donald Trump, el aspirante republicano que acabó derrotando a la ex secretaria de Estado.

    Pasó particularmente entre miles de estadounidenses de clase media trabajadora, poco educada, en los estados del ‘cinturón del óxido’ que habían sufrido en carne propia la transformación económica y las deslocalizaciones. Muchos perdieron sus trabajos, y por su escasa formación, tuvieron problemas para encontrar nuevos empleos; y los que lo lograron, lo hicieron con contratos muy precarios.

    Culpaban a Obama –y, por ende, a los demócratas de Hillary– de lo que les sucedía. Sanders, como Trump, conectó entonces con las frustraciones de esos miles de trabajadores. Aun siendo tan distantes en sus propuestas políticas, Sanders y Trump, paradójicamente, consiguieron convencer a la misma audiencia. Los extremos se tocaban.

    Hoy, vuelve a suceder lo mismo con dos controversias que vive una parte de la sociedad estadounidense.

    Tras el allanamiento por orden judicial, el pasado 8 de agosto, de la residencia de Donald Trump en Mar-a-Lago, crece en círculos trumpistas la propuesta de Defund the FBI, o lo que podríamos traducir como quitarle el presupuesto a la Agencia de Investigación Federal o FBI. Esto como respuesta a lo que –según Trump, y que creen como verdad absoluta muchos de sus seguidores–, ese allanamiento supone: un complot del Estado profundo y de las agencias de inteligencia del país para perseguir y destruir por motivos políticos al expresidente republicano.

    Desde ese 8 de agosto, un número creciente de legisladores electos y candidatos de su partido se han sumado a ese llamado a «desfinanciar al FBI» o abolir las agencias federales que garantizan el cumplimiento de la ley. La mayoría de esos legisladores o candidatos han recibido el apoyo de Donald Trump en el pasado o se han presentado como sus seguidores. Algunos, como la congresista Marjorie Taylor Greene, ha promocionado la comercialización de camisetas con el lema Defund the FBI.

    Defund the FBI es hijo del también conocido y polémico lema Defund the Police, quitar el presupuesto a la Policía, que algunos algunos grupos de izquierda radical en Estados Unidos adoptaron tras el asesinato de George Floyd en 2020 como respuesta a los comportamientos agresivos, y en algunos casos letales, de agentes de policía con ciudadanos detenidos, particularmente cuando son de minorías.

    Si bien el apoyo de legisladores trumpistas es relativamente pequeño dentro del gran número de cargos electos que hay en todo el país, incluido Washington, llama la atención cómo, el partido que gusta definirse como el de ‘la ley y el orden’ tiene ese número de voces surgidas en las últimas semanas a favor de una idea tan contradictoria con su esencia como es la de desfinanciar al FBI.

    Es cierto que ni el liderazgo del partido Republicano, ni el liderazgo del partido Demócrata –incluido el presidente Joe Biden– defienden esas ideas de quitarle presupuesto al FBI o a la policía (como mucho, piden una revisión de sus normas internas, de la formación de sus miembros o de los protocolos que deben seguir los agentes; pero no quitarles fondos).

    En 2020, el partido Republicano aprovechó las masivas manifestaciones de protesta en las que se pedía «desfinanciar a la policía» por ese comportamiento letal de algunos agentes para asociar las marchas y el lema a los Demócratas, y presentar al partido de Biden como un partido radical. Hoy son (algunos) republicanos los que piden «desfinanciar al FBI», amplificando una respuesta simplista y minoritaria en el conjunto del país que demuestra otra vez cómo los extremos se tocan.

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