Niños y redes sociales: ¿A qué edad pueden entrar en ellas?

Es una de las noticias tecnológicas de esta semana. Florida ha aprobado este lunes una ley que prohíbe a los menores de 14 años registrarse en redes sociales. Los adolescentes de 14 a 16 años, por su parte, necesitarán el consentimiento parental para abrir una cuenta.

Los legisladores de EEUU afirman que todas las cuentas se van a verificar y las que incumplan esta nueva ley serán cerradas. La normativa, que entrará en vigor el primero de enero de 2025, tiene como objetivo proteger la salud mental de los niños y adolescentes. Una salud que puede verse afectada por los contenidos de las redes sociales y las interacciones que mantienen en esas plataformas.

Ron DeSantis, gobernador conservador de Florida desde 2019 lo tiene muy claro. Es uno de los grandes impulsores de esta ley. «Las redes sociales perjudican a los niños de muchas maneras y con esta legislación se da a los padres una mayor capacidad para proteger a sus hijos».

A preguntas DeSantis de los medios de comunicación dejó evidente su punto de vista. Según él, hay efectos nocivos de las redes sociales en el bienestar de los niños. Unos efectos que se traducen en ansiedad, depresión y otras enfermedades mentales debido a las interacciones en línea.

La normativa va muy en serio y se prevén sanciones de hasta 50.000 dólares por cada caso. Quedarían exentos el correo electrónico o los mensajes de texto entre un remitente y un destinatario. Florida se suma de esta manera a otros estados como Utah, Arkansas o Texas que ya han adoptado medidas similares.

En nuestro país, el 68 % de los niños entre los 10 y 12 años usa alguna red social. Eso sí, aquí de momento no se plantea que haya modificaciones legales al respecto.

Pero la pregunta es, ¿es exagerada esa ley en Florida? Vayamos por partes. En la actualidad la edad mínima de abrir una cuenta en Instagram, Facebook, Twitch o TikTok es de tan solo 13 años. Pero ojo, esa edad se puede falsear. En el momento de crear un perfil nos solicitan la fecha de nacimiento, pero obviamente esos datos pueden ser inventados por el usuario. Es decir, en la práctica un niño de 11 años lo puede hacer sin ningún tipo de problema porque no se comprueba o verifica. Y todo con el beneplácito de los padres que a veces ni saben lo que tienen sus hijos en el teléfono.

Partiendo de esa base, se hace indispensable y urgente limitar ese uso de las redes de los menores. Ya tendrán muchos años en la vida para tener y disfrutar si quieren de esas aplicaciones. A esas edades a los menores hay que incentivarlos para que no se queden absortos ante las pantallas y que desarrollen su creatividad y capacidades sociales con otros niños. Es una opinión que comparten diversos expertos educativos.

En este punto se abre otro interesante debate. ¿A partir de qué edad se puede dar acceso a un menor a las redes sociales? Pues la edad media en la que un niño o niña accede a su primer smartphone es entre los 10 y los 12 años. Se lo suelen regalar los padres ya que muchos de los compañeros de clase empiezan a tenerlos a esas edades.

Muchos padres creen que al tener un teléfono móvil su hijo o hija, los van a tener más controlados. Pero a veces, esto no es así. Los expertos señalan que los mayores peligros de las redes para los menores son el ciberbullying, grooming, sexting o la adicción. Son muy vulnerables a esas edades y las redes lo saben perfectamente.

Tal vez la edad ideal para que ellos se introduzcan en el ciberespacio serían los 15 o 16 años. Es esa etapa en los que los niños pasan a la adolescencia y ya empiezan a madurar y a identificar posibles peligros en las redes sociales. En ese aspecto, los padres tienen que implicarse también y preocuparse de lo que están haciendo los menores. Deben asegurarse que nadie se aproveche de ellos, es su deber como tutores de unos pequeños peces rodeados de tiburones en el mar de la cibernética.

Ya de paso los legisladores tienen que protegerlos también creando barreras para que lleguen lo mejor posible a la edad adulta. Lo que está claro es que hay que hacer algo y está en nuestras manos.