Pero Obama no viene

Las relaciones entre España y Estados Unidos se han intensificado en las últimas semanas con visitas oficiales de alto nivel. Los Reyes de España visitaron la Casa Blanca. Lo que falta es la visita oficial de Obama a España. En Madrid está estos días el secretario de Estado, John Kerry, que recupera una cita anterior aplazada por su accidente de bicicleta en Francia. Hace pocos días fue el secretario de Defensa, Ashton Carter, quien remarcó en la capital de España el fortalecimiento de la cooperación hispano-norteamericana con un nuevo tratado de colaboración defensiva que tiene como exponente trascendente la utilización de la base de Morón de manera permanente para las operaciones en África y la instalación del escudo antimisiles con la permanencia naval correspondiente en Rota. Un escudo antimisiles que cobra especial relevancia con la crisis en las relaciones con Rusia, aunque en fuentes de la OTAN, nadie prevé que la escalada de la tensión con el presidente Putin puede sobrepasar límites peligrosos. Entonces, ¿por qué Obama no ha visitado España en sus siete años de mandato? Simplemente porque los desplantes y las deslealtades se pagan. El protagonista de este lamentable comportamiento fue Zapatero. La visita de un presidente norteamericano representa un espaldarazo, entre otros sectores, para inversores y fondos de inversión o para la llegada de turistas de alta capacidad de gasto. España necesita fomentar sus intereses en la Cuenca Atlántica.