La gobernación en mayoría absoluta es una rareza solo al alcance de políticos locales como Roc Muñoz, alcalde de la Canonja, o Josep Poblet, con mayor mérito si cabe por gobernar una población como Vila-seca donde Convergència sólo gana en los comicios locales. En la mayoría de instituciones es hora de pactos, y algunos verdaderamente complicados. Lo será en el Govern de Catalunya si finalmente la CUP decide hoy apoyar la investidura de Artur Mas. Y lo será en el gobierno de España sea cual fuere la combinación que acaba fraguando si se quiere evitar la anticipación electoral. Donde gobernar en minoría es una especialidad es en Tarragona. Josep Fèlix Ballesteros está acostumbrado a la geometría variable. En estas horas anda a la búsqueda del socio o de los socios que le quieran acompañar en la legislatura de los Juegos del Mediterráneo. A tenor de sus declaraciones en la entrevista que publica hoy el Diari, Ballesteros podría inclinarse por gobernar con el apoyo solo de los dos regidores de Convergència y descartar la singladura de la mano de PP y Unió pese a que ambos han permitido la aprobación del Presupuesto. Si cuaja esta fórmula no dejaría de ser una sorpresa. El único pacto que se descartaba de entrada durante la campaña electoral era el de Ballesteros-Abelló, por la vieja teoría de los gallos y el gallinero. Sin embargo, la realidad amolda los hierros a las formas más inimaginables. Así puede pasar en otras instituciones.
Tarragona apunta a la sociovergencia
19 mayo 2017 20:43 |
Actualizado a 22 mayo 2017 07:46
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