Mercado negro de Extranjería en Reus: «Se pagan hasta 100 euros por una cita previa»

Conseguir una cita con la Brigada de Extranjería de la Policía Nacional de Reus, el paso definitivo para hacer efectiva la residencia legal en el Estado español, se ha convertido en un atasco administrativo. La saturación del servicio ante la creciente demanda de este trámite ha abierto la puerta a un mercado negro de reventa de citas que se lucra de la necesidad de muchos migrantes, que deben regularizar su situación contrarreloj. Es una trama presente en las grandes capitales, pero que en Reus también se reproduce con fuerza. Abogados de extranjería consultados por el Diari señalan más de cinco locutorios o gestorías encubiertas que acaparan estas citas gratuitas. Un negocio “redondo”: los precios oscilan entre 50 y 100 euros. La Policía Nacional de Reus admite el problema, aunque asegura que “se destinan todos los recursos materiales y humanos disponibles” para reducir este cuello de botella, según fuentes del cuerpo.

Tras empadronarse en el Ayuntamiento y tramitar el arraigo en la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, el trámite con la Policía Nacional es la gestión final de este laberinto burocrático. Las citas más codiciadas son para registrar las huellas dactilares y obtener la Tarjeta de Identidad de Extranjero (TIE) —en el caso de los extracomunitarios— o el certificado de registro —para ciudadanos de la UE— que acredita el permiso de residencia. Se abren solo un día a la semana y se agotan en cuestión de minutos. “La Policía las publica a una hora concreta. Si no estás atento, las pierdes”, explica Julio Pardo Faro, miembro de la Comisión de Extranjería del Colegio de Abogados de Reus. “No es un problema de los agentes, sino del sistema: hay menos citas de las que serían necesarias para el volumen de extranjeros que viven en la ciudad.”

En esta brecha han proliferado intermediarios ilegales que operan bajo la apariencia de gestorías digitales o servicios de asesoramiento. El perfil de Facebook Asesoría Extranjería Registros Civiles JURA ofrece una cita “garantizada al 100%, sin pagar hasta conseguirla”. En el anuncio promete agilizar gestiones como la TIE, la solicitud o renovación de asilo de personas refugiadas o las cartas de invitación (entrada temporal de familiares). “No necesitas pasar días o semanas buscando cita previa mientras se te caducan los papeles; Robot Cita Previa lo hace por ti”, dice el mensaje.

Modus operandi

El mecanismo es sencillo: los gestores encubiertos completan la reserva con datos falsos de pasaporte, que después sustituyen por el nombre del comprador. En algunos casos utilizan bots que realizan la reserva de manera automática. La reventa se lleva a cabo a través de redes sociales como Facebook, WhatsApp o Telegram.

“Me han llegado a ofrecer 100 euros por una cita, porque saben que me dedico a esto”, explica el abogado Pardo, que calcula que en la ciudad hay hasta cinco locutorios implicados en esta trama. “No son gestorías legales, sino perfiles digitales que operan en la sombra. Son muy difíciles de rastrear y casi nunca hay denuncias, porque la gente no quiere meterse en problemas”, lamenta.

El fenómeno se acentúa en verano, con la llegada de trabajadores temporales. “Ahora, en octubre, está más tranquilo, pero el problema persiste”, añade Pardo, también presidente del Grupo de la Abogacía Joven del Colegio. Según la normativa, los solicitantes disponen de 60 días antes y hasta 90 días después de que caduque el permiso de residencia para renovar o completar los trámites en la Policía Nacional.

Es el resultado de un modelo que obliga a miles de personas a pagar por ejercer un derecho

Si no lo hacen dentro de este plazo, la autorización puede caducar y la persona corre el riesgo de quedar en situación irregular, lo que le obligaría a reiniciar el procedimiento de regularización. Aunque Pardo matiza que es un caso poco habitual, reconoce que esta presión empuja a muchos inmigrantes a pagar por estos servicios fraudulentos: “Es el resultado de un modelo administrativo que obliga a miles de personas a pagar para ejercer un derecho. Y los afectados pueden sufrir un perjuicio de difícil reparación.”

Contramedidas de la Policía

Fuentes de la comisaría de la Policía Nacional de Reus admiten que tienen constancia de estas prácticas, un problema que arrastran desde hace tiempo. Han adoptado medidas para fiscalizar el proceso: la mitad de las citas se reservan mediante certificado digital o sistema Cl@ve, para dificultar que locutorios o gestorías encubiertas acaparen todos los turnos disponibles. “Somos conscientes del problema. A veces llega gente que reconoce haber conseguido la cita a través de un locutorio”, señalan. “Combatimos este abuso de la necesidad de las personas desde la Dirección General de la Policía.”

A veces llega gente que reconoce haber conseguido la cita a través de un locutorio

También apuntan que, pese al colapso, “en Reus es más fácil obtener cita que en ciudades como Barcelona o Castellón”. El número de citas se distribuye según la demanda de cada trámite. Por la mañana, la Brigada de Extranjería dispone de cinco mesas de trabajo, y dos o tres tardes por semana se añaden turnos extra con tres mesas más.

En septiembre, la brigada realizó 2.077 trámites, que incluyen desde renovaciones de permisos y tarjetas TIE hasta autorizaciones de retorno o certificados de residencia, según los datos facilitados por la Policía Nacional. De estas gestiones, aproximadamente un 5% no se pueden completar porque los solicitantes no aportan la documentación necesaria o pertenecen a otra demarcación.

Las mismas fuentes reconocen que muchas personas no denuncian, lo que dificulta la investigación. “Cuando tenemos conocimiento directo, se activa una unidad especializada, la UCRIF (Unidad Contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales), para rastrear el fraude”, aseguran desde el cuerpo policial.

También sucede en los Consulados

La abogada Carolina Morales, especializada en extranjería, confirma la existencia de este mercado negro: “Algunas citas, como las de solicitud de asilo o carta de invitación, son prácticamente imposibles de conseguir por culpa de personas que hacen negocio con ellas”, explica.

El problema no se limita a las citas con la Policía Nacional. “También existe un mercado negro en los consulados. Tengo compañeros a los que el Consulado de Marruecos les ha llegado a pedir hasta 2.500 euros para agilizar trámites de extranjería.”