El comercio de Falset lucha por sobrevivir

Algunos de los negocios más longevos del municipio no tienen asegurado el relevo generacional y modernizarse se convierte en una asignatura siempre presente

22 diciembre 2019 12:00 | Actualizado a 03 enero 2020 18:19
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El comercio de Falset innova, tal y como sucede en ciudades más grandes de la provincia. Los cambios afectan a todo tipo de comerciantes. La rotación de locales es evidente y quiere dar respuesta a las nuevas tendencias de compra, influenciadas por la venta online y la aparición de centros comerciales que unifican la oferta de servicios y productos diversos.

¿Cómo responde el sector ante estas dos variables? O bien se plantean incluir una sección de compra online en su página web (si tienen) o buscan un rasgo diferenciador que los convierta en actores competitivos para con los gigantes comerciales. En numerosos casos, no todos los vendedores quieren seguir estos pasos y se las ingenian como pueden para sobrevivir. Eso también significa, aun así, que muchos negocios que pasan de los 50 años estén condenados a desaparecer. «O te adaptas aportando algo nuevo, o acabas cerrando al cabo de unos años», dice Vicenç Muntané, propietario del negocio familiar Cansaladers-Xarcuters Cal Baril, que lleva ya en activo desde 1890 en la Plaça de la Quartera.

Muntané, de la tercera generación al cargo, explica que un negocio centenario tiene que reinventarse. Ellos no se han atrevido con la venta online y han preferido optar por la cocina de platos preparados. «Trabajamos a nuestro ritmo y nos hacen los pedidos con antelación. De esta manera, organizamos mejor nuestra agenda. No toda la comida procede del negocio, pero los embutidos, sí. Compramos lo mínimo posible a las grandes empresas, fomentando así la compra a los pequeños comerciantes y de proximidad», añade. A pesar de ello, esta solución es temporal. Muntané es realista: «A nosotros nos queda poco, porque no hay relevo generacional. La gente prefiere marcharse a las ciudades vecinas y, con todo lo que ofrecen los supermercados afincados en Falset, es bastante complicado pensar en el futuro», asegura.

«La gente nos conoce, existe una confianza. Las aperturas y cierres de negocio son un fenómeno generalizado. Los fines de semana la gente se va moviendo, compra butifarras y secallones. Los días laborales, el flujo de gente es algo más pausado», manifiesta el comerciante.

Comerciantes luchadores

El presidente en funciones de la Associació de Comerciants de Falset, Miquel Àngel Hernàndez, explica que reformularse es obligatorio para cualquier negocio. «Los cierres de la calle de Baix, por ejemplo, se han producido por jubilaciones a lo largo de los últimos años, y la restauración se ha convertido en un gran motor económico. Los comercios de siempre tienen que luchar como pueden», asevera. Hernàndez está, además, al frente del negocio familiar Fruites i Verdures Miquel (Carrer de Baix), que lleva operativo cerca de 52 años. «Hemos vivido muchos cambios y he querido conservar la filosofía de mis padres. Pertenezco a la segunda generación, y he visto que hay que poner mucho de tu parte para poder competir con estructuras comerciales más grandes. Lo esencial es el trato humano y la calidad de los productos», enumera como fórmulas para diferenciarse. Para estimular la actividad, desde la asociación comercial, fundada en 2008 y con una treintena de socios, promueven «proyectos que fomenten la reactivación de las ventas», señala. «Siempre son tiempos difíciles para los comerciantes, simplemente hay que unirse. Ahora, en campaña de navidad, es más importante que nunca aprovechar que las calles están más iluminadas y decoradas. Eso siempre ejerce un poder de atracción, aunque las compras siempre se activan en el último momento», destaca Hernàndez. Por otro lado, adaptarse y competir directamente con la competencia que pueda ejercer un supermercado es duro, puesto que «si las otras tiendas pueden vender de todo, tú has de complementar tu oferta con algún otro producto que tenga salida».

Preguntado por el futuro, Hernàndez declara que, a pesar de tener una clientela leal, «no tendré relevo en la frutería, hay negocios que se acaban perdiendo o fusionando con estructuras más grandes y diversificadas». Más positivo se muestra el vendedor de calzado Aitor Casas Luceño, de Calçats Luceño, quien desde hace un par de años se encuentra en la calle de Baix, justo donde antes había una pastelería.

Oportunidades

«Nosotros hacemos venta ambulante, tenemos 12 tiendas y estamos presentes en toda la provincia. Mi abuelo empezó con el negocio hace 46 años. De hecho, antes de instalar la tienda aquí, veníamos a Falset a montar una parada en el mercadillo, donde vino el concejal de Comerç del ayuntamiento del municipio, Antoni Muntané, a proponernos abrir una tienda. Así fue como surgió la oportunidad», resume Casas.

Ahora mismo son la única zapatería que hay en el municipio y su nombre está de lo más arraigado al territorio. En este caso, la demanda de calzado era indiscutible. «Antes de que estuviéramos aquí, la gente tenía que desplazarse a Reus, por ejemplo, para ir a comprarse unos zapatos. Lo que intentamos es que se queden, que compren en Falset. Para ello, nos esforzamos en tener una gran variedad de calzado para todo tipo de público», remarca.

Una de las premisas que también añade es que el concepto de ‘pueblo’ en la actualidad no es para nada anticuado. «Los pueblos se han modernizado en todos los sentidos y se implican con todas las actividades que pueden ayudar a promocionar la economía y estimular el turismo», distingue. Por otro lado y según tiene contabilizado el concejal de Comerç del Ajuntament del Falset, Antoni Muntané, hay hasta 87 establecimientos en el municipio, 21 bodegas y 24 negocios de restauración, «uno de los principales motores de la economía local». El edil ofrece una visión positiva y observa que la capital del Priorat está «muy bien abastecida en cuanto a servicios» y, que, además, «el comercio evoluciona y las calles siguen llenas de gente».

Comentarios
Multimedia Diari