El elevado alquiler de los locales asfixia el comercio de Reus

En el eje Llovera-Monterols, los comercios cuestan entre 6.000 y 12.000 euros al mes y los empresarios se ven obligados a despedir personal para compensar la frenada del consumo de los últimos años

23 noviembre 2018 07:49 | Actualizado a 23 noviembre 2018 07:58
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El centro de Reus continúa teniendo una buena salud a nivel comercial. El 90% de las 700 licencias comerciales de la zona están ocupadas, según cifras del Ayuntamiento de Reus a través de la Agència Reus Promoció. 

Pero la buena salud comercial contrasta con la situación de algunos establecimientos que se han visto obligados a prescindir de personal para combatir la frenada en el consumo de los últimos años. Y es que la frenada ha venido acompañada de un incremento de los gastos fijos. Según fuentes del sector comercial, los tres pilares de los gastos fijos de un establecimiento son el personal, el alquiler y el mantenimiento y los suministros básicos. 

Según las mismas fuentes del sector consultadas por el Diari, los elevados precios del alquiler de los locales comerciales del eje Llovera-Monterols están asfixiando los establecimientos, que ven como la frenada del consumo se mantiene de forma sostenida a lo largo de los últimos años y les obliga a reducir los gastos fijos. Ello ha comportado que algunas tiendas hayan se hayan visto obligadas a prescindir de personal, y que los trabajadores que aún mantienen se vean sobrepasados por la situación laboral. Una situación que no sólo afecta a los pequeños comercios, también a las grandes marcas. El eje se mantiene firme, como principal escaparate de la ciudad, pero algunos negocios juegan a la cuerda floja con los números.

Oferta y demanda
Según Dídac Rodríguez, director de Àgorax Immobiliària y expresidente de la Unió de Botiguers de Reus, el precio de los locales en las dos principales calles comerciales de la ciudad se mueve en una horquilla de entre los 6.000 y los 12.000 euros al mes. «Depende, sobre todo, de las características del local, la superficie  y, en menor medida, de la ubicación». 

Para Rodríguez, los precios no son desmesurados, puesto que la oferta y la demanda regulan el mercado. Sí que admite que, en algunos casos, el precio está por encima de lo recomendado. «El impacto de la crisis y la estabilización de los alquileres en el sector inmobiliario se produjo hace una década. En el ámbito de los locales comerciales, el descenso de precio siempre va unos años más tarde». 

Algunos propietarios, que se niegan a reducir el precio del alquiler de sus locales, prefieren mantener el espacio vacío y esperar a una buena oferta que bajar pretensiones y firmar un contrato a 15 años vista que pueda llegar a situarse por debajo del precio de mercado. Una actitud «comprensible y humana», según Rodríguez, «pero equivocada, pues al final, algunos de estos propietarios terminan firmando un contrato por debajo de lo que tenían previsto y lo único que han conseguido es tener el local vacío». Según el responsable inmobiliario, el consejo de un profesional puede evitar dichas situaciones. 

Cinco locales vacíos
En todo el eje Llovera-Monterols, según Rodríguez, hay al menos cinco locales vacíos o que contemplan vaciarse en un espacio corto de tiempo. Son cifras confirmadas también desde el Ayuntamiento. Una situación que contrasta con las quejas de los establecimientos, que consideran elevado el coste del alquiler, pero que continúan rotando en el gran escaparate de la ciudad: A medida que algunos cierran, otros abren. 

La situación es un poco más acusada en el Tomb de Ravals, aunque sin llegar a ser, en ningún caso, dramática. La presidenta de la asociación comercial El Tomb de Reus, Gemma Molner, pide una mejor gestión de los locales vacíos y que el Ayuntamiento inste a los propietarios a facilitar que puedan convertirse en escaparate de otros negocios que operan fueran del centro. «Habría que intentar que los locales estuviesen limpios e iluminados. Una fórmula podría ser que, por un módico precio, los propietarios de los locales vacíos cediesen el espacio a otros comercios que tendrían la posibilidad de promocionarse en el centro, ofrecer sus productos e indicar dónde se encuentra su establecimiento para poder efectuar la compra si así lo dispone el cliente». 

Desde la Unió de Botiguers, su presidente, Alfred Pitarch, considera que la propuesta del Tomb es utópica, y pide una regulación del mercado del alquiler de los locales comerciales como la que existe en el mercado de la vivienda. «Los comercios estamos desprotegidos y dependemos de la buena voluntad de los propietarios para adaptar el precio de los locales», dice Pitarch. 

Compensación en el IBI
Desde la Cambra de Comerç de Reus, su presidente, Isaac Sanromà, asegura que «en el análisis de los fracasos de algunos establecimientos, seguro que la imposibilidad de hacer frente al precio del alquiler sería la primera causa de mortalidad comercial». 

Añade Sanromà que, teniendo en cuenta la importancia del comercio en la ciudad, «que define hasta el carácter de su gente», haría falta un gesto por parte de la administración local para garantizar que no se produzca una desertización comercial en la ciudad. «Partiendo de la base que la ley de la oferta y la demanda es libre y que no se puede ni ha de regularse, podría valorarse alguna opción para mejorar las condiciones de los alquileres. Una posibilidad sería pedir un precio más ajustado a los propietarios de algunas vías principales y compensarlo después a través de una rebaja impositiva del IBI». 

Desde la Cambra son conscientes «de las dificultades normativas de una medida como ésta» pero alertan que hace falta actuar en las principales arterias del centro «donde la proliferación de locales cerrados perjudica gravemente la imagen de la ciudad». 

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