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Las asociaciones de vecinos Mas Vilanova y Passeig Misericòrdia tienen claro que, una vez confirmado que el antiguo edificio de la Sedera -en el paseo Misericòrdia- será derruido, el solar debería aprovecharse para habilitar un enorme parking disuasorio, y gratuito, que ayudase a dinamizar el barrio, tanto desde un punto de vista comercial como para facilitar el aparcamiento a las muchas personas que se mueven en coche por una zona que cuenta con dos colegios, y las oficinas del Servei Català d’Ocupació y de Hacienda y, a la espera de su apertura, las nuevas de la Seguridad Social en la plaza del Velòdrom.
Esta semana se ha conocido que el Ayuntamiento de Reus ha recibido una petición, por parte de los propietarios del edificio, para derruirlo, después de que llevase en venta desde principios de 2014, arrastrando una larga polémica iniciada en mayo de 2008 cuando se presentó un proyecto urbanístico que desató las protestas de los vecinos de la zona.
Ahora, con la confirmación de que la Sedera irá al suelo y con la incógnita de saber qué pasará en el futuro (una sentencia de diciembre de 2014 del TSJC anuló la modificación puntual de la revisión del PGOU por lo que el edificio volvía a tener un uso comercial e industrial y no urbanístico), las asociaciones vecinales de Mas Vilanova y Passeig Misericòrdia coinciden plenamente en que el solar es ideal para acoger un parking disuasorio.
Jordi Pouget, presidente de la AVV Passeig Misericòrdia, asegura que «lo primero que pedimos es que los trabajos de demolición se lleven a cabo en las mejores condiciones de seguridad. No hay que olvidar que a escasos cinco metros hay casas unifamiliares que no tienen cimientos ni aparcamientos y esperemos que no sufran esta demolición. Además, también pedimos un plan de movilidad para los camiones que deberán entrar y salir con los escombros».
Pero una vez pasados los trabajos, «y que el solar quede totalmente limpio, creemos que lo mejor es que se convierta en un aparcamiento disuasorio gratuito «un espacio cuidado que le dé vida al paseo», comenta Pouget, quien añade que «eso no quiere decir que no querríamos que el edificio de la Sedera no se derruyese y quedase para el pueblo, pero eso no está en nuestras manos». En términos similares se expresa Valentín Rodríguez, presidente de la Associació de Veïns Mas Vilanova. «Es una pena que el edificio vaya a derruirse, porque el nuevo proyecto que presentó el anterior concejal de Urbanisme del Ayuntamiento, Miquel Domingo, estaba muy bien ya que respetaba la fachada, contemplaba un centro cívico y rebajaba la altura de los edificios. Pero no ha podido ser y ahora lo que queremos es que, cuando se tire, se haga con las máximas garantías de seguridad y que el solar que quede sea un parking disuasorio, pero gratuito. Al lado tenemos una zona azul, en la calle Miami, que nunca está llena».
Futuro incierto
Lo que pueda pasar con el tiempo es toda una incógnita. Desde la sentencia del TSJC, el edificio vuelve a tener un uso comercial e industrial, por lo que si se quiere hacer un proyecto como el último que presentó Domingo sería necesaria una nueva recalificación a urbanístico. «No sabemos lo que pasará en un futuro, pero lo que sí tenemos muy claro es que, sea lo que sea, se lleve a cabo con el consenso y la aprobación de los vecinos. Si se acaban haciendo edificios, también nos gustaría que hubiese un equipamiento municipal», sentencia Rodríguez.
