Sergi Piquer, baloncesto y valores humanos en Madagascar

El reusense invierte sus vacaciones cooperando con la ONG Yamuna. Es presidente de la sección de básquet del Reus Ploms

28 julio 2019 14:56 | Actualizado a 30 julio 2019 19:14
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

En Vontovorona, un poblado a 20 kilómetros de Antananarivo, las canchas de baloncesto están cubiertas de tierra. Las canastas, si es que existen, no disponen de red. Sus niños y niñas suelen montar las pachangas de fútbol con piedras y porterías imaginarias. También acostumbran a consumir el tiempo de ocio divirtiéndose con los tapones de las botellas o las chapas. Encuentran la felicidad en apenas un rasguño de luz. En ese lugar de Madagascar, donde los niños y niños apenas pueden comer una vez al día, se encuentra un reusense apasionado por el deporte y la implantación de valores a través de él. Sergi Piquer (Reus, 1990) ha invertido sus tres semanas de vacaciones en la cooperación. A través de la ONG Yamuna vive una aventura fascinante en Madagascar.

La idea de aportar una fórmula distinta al sistema educativo que ahora mismo se impone en el país africano conquistó a Piquer, que antes de subirse al avión se pasó por el Decathlon para cargar una maleta repleta de material deportivo. Dos canastas plegables, ocho pelotas de baloncesto, petos e incluso conos para poder diseñar circuitos de entrenamiento viajaron con el reusense. Éste, una vez en el aeropuerto, precisó facturar hasta dos maletas.

La llegada al lugar de acogida resultó sorprendente. Los pequeños alumnos de la escuela, al ver al nuevo profesor con material distinto al de sus clases de matemáticas o naturales, celebraron como nunca. «Son muy agradecidos. Para ellos, el deporte es salir al patio y jugar al fútbol. No existen profesores de educación físicas formados como tenemos en Catalunya». La estrategia de chocar las manos como grandes jugadores de baloncesto se ha convertido en un síntoma de hermandad entre ellos. Cuando Sergi asoma por clase, ese saludo resulta innegociable.

La vida en Vontovorona responde a la realidad de un país pobre, donde sus gentes apenas pueden disfrutar de las necesidades básicas. En una excursión que el grupo de Piquer realizó al Zoo, casi todos los alumnos se desplazaron con chancletas y calcetines porque no disponen de calzado cubierto. Es algo habitual en la zona. Sergi desplazó a 173 alumnos en la excursión.

Ni siquiera esas dificultades impiden a Piquer gozar de una experiencia vital única. «Te das cuenta de que aquí, con muy poco, les sacas una sonrisa», confirma. El profesor ya es conocido en el colegio como ‘El señor de las pelotas’. «Cuando ven algo diferente, simplemente a una persona blanca, se ponen muy contentos. Son muy hospitalarios», admite el protagonista de una historia con el deporte, en este caso el baloncesto, como nexo de unión. Esa idea ha calado en los chicos y chicas del poblado.

Una vida de baloncesto
La relación con el básquet de Piquer data prácticamente desde la infancia. Jugó en el Reus Ploms y una vez olvidada su trayectoria en activo se ha vinculado a nivel de dirigente. En la actualidad ejerce como presidente de la sección de baloncesto albinegra, a pesar de los contratiempos por los que atraviesa el club. El Reus Ploms siempre se ha distinguido por su capacidad para elevar el baloncesto a un rasgo distintivo de su trayecto. Además actúa como vicepresidente de La Salle, otra entidad histórica de la ciudad. 

Esa pasión la compagina con su profesión de enólogo, de la que ha estirado una semana más de vacaciones para poder completar el ciclo de tres en Madagascar, una experiencia enriquecedora para Sergi Piquer, el cooperante más deportivo que se recuerda en el lugar. Para los niños y niñas de Voltovorona su presencia ya es revolución.

Comentarios
Multimedia Diari