Un año del asesinato de Kelly

El 30 de enero de 2019 fue un día para olvidar. Sobre las 14 horas, los Mossos d’Esquadra recibían un aviso de que un hombre se había precipitado al vacío desde un quinto piso del número 14 de la calle Argentera. Policía y varias dotaciones del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) se desplazaron hasta el lugar de los hechos. El hombre todavía estaba con vida –falleciendo pocas horas después en el Hospital Joan XXIII de Tarragona–, pero lo que se encontraron los agentes de los Mossos d’Esquadra que subieron al piso desde donde se había precipitado el individuo fue peor: el cuerpo sin vida de una joven de 17 años, mutilado con un arma blanca. Era Kelly Quiñones y, el hombre que se había tirado al vacío, su pareja, Mauricio ‘Tocoto’, de 19 años. El caso se cerró como violencia machista, siendo el asesinato más escabroso perpetrado en Reus en los últimos años. 

Los hechos sucedieron justamente hace un año. Para el entorno más próximo de Kelly fue un golpe muy duro, pero también lo fue para todos los reusenses. El día siguiente, la ciudad salió a la calle en recuerdo de la joven y para rechazar el brutal asesinato, entre la consternación, conmoción y tristeza.

«Kelly sigue en nuestro recuerdo, pero este año preferimos no abrir más heridas. Muchos de sus compañeros ya no están en el instituto, otros quieren tirar adelante, con su recuerdo», se explica desde el instituto Salvador Vilaseca, centro donde estudiaba Kelly. Es por este motivo que, después de lo sucedido y los actos de homenaje realizados el curso pasado, esta vez se ha optado por el silencio.

Cabe recordar que los compañeros de instituto, la comunidad latina y muchos vecinos de Reus se volcaron para ayudar a la familia a recaudar la cantidad económica necesaria para poder trasladar las cenizas de Kelly hasta Ecuador. Por otro lado, el Ayuntamiento se hizo cargo de la incineración y el velatorio.

Cuatro crímenes en 2019

El año pasado se cerró en el Camp de Tarragona con cuatro asesinatos. El primer caso fue el de Kelly, el 30 de enero. Un mes y medio más tarde, el foco fue el pequeño municipio de Querol, en el Alt Camp. La víctima fue un hombre de 38 años, vecino de la urbanización Mas Vermell. El 15 de marzo, unos operarios que estaban reformando la vivienda hallaron el cadáver con signos de violencia. Por otro lado, los Mossos d’Esquadra investigaron otro caso, producido el 12 de mayo en Reus. Ese día, un joven de 25 años murió tras ingresar en el Hospital Joan XXIII después de ser apuñalado a raíz de una pelea. El presunto autor de los hechos fue detenido. El cuarto caso se produjo la madrugada del 22 de octubre en Tarragona. En una vivienda de la calle Felip Pedrell, una mujer de 64 años murió asesinada presuntamente por su hija.