Un hombre se enfrenta a 11 años de prisión por violar a una mujer en Reus

El hombre agredió presuntamente a la víctima en los lavabos de una discoteca de la ciudad. El fiscal pide una indemnización de 20.000 euros

13 octubre 2020 07:50 | Actualizado a 21 enero 2021 19:41
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Un hombre que presuntamente agredió sexualmente a una mujer en los lavabos de una discoteca de Reus se enfrenta a once años de prisión y el pago de una indemnización de 20.000 años por los daños morales. Además, el fiscal solicita, además de la pena de cárcel, cinco más de libertad vigilada. Y que cuando haya cumplido la pena de cárcel durante diez años no pueda comunicarse ni acercarse a menos de un kilómetros de la denunciante.

El escrito de acusación del Ministerio Público sostiene que la denunciante, la noche del 9 de diciembre de 2016, salió de trabajar, se arregló y quedó con un amigo para ir a una velada de salsa en una discoteca de Reus. Habían quedado con otra pareja.

Los cuatro llegaron a Reus en el coche del procesado. Como la discoteca todavía estaba cerrada al público, el encausado, como tenía relación con el establecimiento, les enseñó el local y los pasos que tenían que hacer en la demostración de baile de esta noche. Después fueron a comprar unos bocadillos a un bar cercano y se los comieron en el interior del coche.Cuando volvieron a la discoteca, ésta ya estaba abierta y la gente bailando. Después de un rato, la denunciante se encontraba incómoda porque el tipo de música que ponían requería que las caderas estuvieran muy juntas. Al acabar, el procesado propuso a la denunciante ir a la terraza. Cuando le estaba enseñando el lugar, el acusado le llevó a la zona más oscura con la excusa de mostrarle algo que quería montar allí. Fue entonces cuando se abalanzó sobre ella y la besó. Ella expresó: ¡Qué haces!, mientras él lo volvía a intentar e insistía. Ella no contó nada a sus amigos para no enrarecer el ambiente.

Al cabo de un rato, la mujer notó como alguien le cogía la muñeca fuerte para empezar a bailar. Vio que volvía a ser el procesado. Éste la condujo al baño -que estaba al lado- y cerró el pestillo. Ella decía que quería salir y que la dejara. Pero él seguía con su intención de bajarle la ropa agredirla sexualmente, lo que consiguió. Finalmente, él se apartó de ella y le ordenó: «Vete, y si alguien te pregunta, dices que estabas vomitando en el baño».

Ella se refugió en el baño femenino, donde se encontró con una joven que no conocía. La denunciante se derrumbó y le contó lo sucedido. También acudió su amiga, quien le dijo que la mejor opción era olvidarlo.

El día 10, la víctima y su amigo acudieron al Hospital de Bellvitge. Mientras estaban allí, ella recibió un mensaje del acusado: «Buenos días oye... siento mucho lo de ayer y perdona si te hice sentir mal... no era mi intención, me sabe mal pues lo que era una salida que lo estábamos pasando genial. Lo siento mucho de verdad. Un beso y que tengas un buen día».

Esa misma tarde, la novia del procesado fue a ver a la denunciante. Después le envió un mensaje, donde aseguraba que su pareja se había derrumbado y que no le quiso hacer daño. Finalmente, dos días después acudió a la comisaría de los Mossos y entregó al ropa que llevaba el día de los hechos.

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