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Zuri, Roma, Coco, Espígol y Luna observan a través del cristal a los viandantes de la calle Jesús. Saltan, corretean y duermen. Son los cinco primeros inquilinos de El Racó del Gat, el cat café que se ha instalado en el centro de Reus. Su impulsora, Patricia Catania, explica que «la idea es que la gente venga a relajarse con los gatos, a peinarlos o a jugar con ellos. Quien quiera puede traer el ordenador y trabajar un rato mientras los animales están a su alrededor, sentarse aquí y leer un libro con ellos, desconectar...».
El Racó del Gat ocupa el espacio de lo que había sido una sucursal bancaria. El aforo es limitado para «evitar que los gatos se estresen y asegurar su bienestar», tal como apunta Catania. El mobiliario está adaptado para los animales y hay una parte que se ha diseñado especialmente para ellos a través de una empresa del territorio.
El protocolo para entrar incluirá un timbre que los visitantes tendrán que pulsar para que se les abra la puerta y otras medidas como pantuflas higiénicas. Se colocará una gatera que permitirá a las mascotas circular libremente hacia una segunda habitación que funciona como zona de aseo y descanso.
Los primeros curiosos ya entraron ayer, día de la inauguración, a conocer el lugar y raro era el que pasaba por la calle y no se quedaba mirando. «Todo el mundo pregunta qué es, qué se puede hacer y se interesan por si los gatos son nuestros», apunta Catania. Los animales, precisa, «son de dos protectoras y buscan una familia. Todos son muy cariñosos y muy simpáticos y se están llevando bien».
El espacio permite que quien esté interesado en ofrecer un hogar a una de estas mascotas «pueda antes interactuar con ella, conocerla y ver cómo conectan». Luego, «si alguien se decide al final a adoptar, le pongo en contacto con la protectora para que siga los trámites habituales», detalla la mujer.
El negocio se dirige igualmente a otros perfiles. «Hay personas a las que les gustan los animales pero no los pueden tener en casa y en El Racó del Gat encuentran un sitio donde acercarse a ellos» u «otras que nunca han compartido tiempo con uno y lo quieren probar». También «hay quien quiere evadirse, pasar una tarde tranquila, y los gatos le pueden ayudar en eso». Más allá de los adoptables, habrá una gata residente, Arizona, que ya fue adoptada por Catania y que va a estar «ejerciendo de anfitriona».
El concepto de cat café «surgió en Japón y con el tiempo se ha ido extendiendo por Europa». El Racó del Gat es, explica Catania «el primero que se pone en marcha en toda la provincia de Tarragona».
Contenidos, talleres y artesanía
El tique de entrada al local tiene un precio de diez euros, sirve para permanecer dentro alrededor de una hora y da derecho a una consumición previamente preparada tipo refresco o zumo, siempre sin alcohol. Además, existe la posibilidad de ser socio con una cuota de tres euros al mes más tres euros la entrada. «Al elegir esta segunda opción, se entra en una plataforma con información sobre el cuidado de gatos y contenido que se irá generando», añade la propietaria.
La emprendedora explica que «estamos preparándolo todo para organizar talleres de relajación con gatos o actividad de ludoteca para darle más movimiento al espacio», donde también se venden piezas gatunas de dos artesanas. El horario del establecimiento, que se está acabando de perfilar, será probablemente de 10 a 20.30h, coincidiendo con la actividad de los comercios. El Racó del Gat se ha asociado a la Unió de Botiguers de Reus.
