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    Bocinazos, atascos e inseguridad vial por los coches parados en la avenida de Països Catalans de Reus

    En la zona de la farmacia 24 horas llegan a acumularse hasta una decena de vehículos para realizar recados. Achacan a la falta de aparcamiento, pero la situación genera molestias

    03 noviembre 2022 18:49 | Actualizado a 04 noviembre 2022 07:00
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    Coches y furgonetas se acumulan a diario en la avenida de Països Catalans de Reus. Paran en carril de circulación, ya sea para ir a la farmacia, entrar un momento en el bar, a buscar un pollo a l’ast, descargar género para alguna de las tiendas cercanas o incluso para mirar el móvil. Sea cual sea el motivo, la realidad es que, sobre todo en el tramo de la farmacia 24 horas, suelen acumularse varios vehículos a la vez, llegando, incluso, a la decena, lo que genera todo tipo de problemas: bocinazos, situaciones de peligro tanto para conductores como peatones y algunos atascos.

    Los que viven en la zona están entre acostumbrados y molestos. Y es que, a pesar de ser una situación tan habitual, es un incordio, ya sea por el ruido de las bocinas o las dificultades que tienen para entrar al parking porque hay algún vehículo parado enfrente. No obstante «la policía hace bastante la vista gorda», admiten tanto vecinos como comercios de la zona, por lo que no parece que la situación vaya a mejorar. «Pero a veces sí que Guàrdia Urbana multa a los coches que paran delante de los pollos a l’ast», indica un vecino. De hecho, precisamente ayer fue uno de esos días y, a media mañana, un agente procedía a levantar actas.

    El tramo con mayor problemática es el de la farmacia 24 horas, justo al lado del centro de diálisis. A unos pocos metros hay también un administrador de lotería y una tienda de pollos a l’ast. Todo ello se junta con la rotonda de la avenida de Riudoms, «que es muy lenta y en horas punta se colapsa. La cola llega hasta aquí, donde hay la farmacia, con un montón de coches que están parados en uno de los carriles de circulación», y se acaba generando un caos, relatan desde el kiosco de la ONCE, justamente ubicado en este punto.

    Los coches se suman a las ambulancias del centro de diálisis que, a pesar de disponer toda una zona reservada en la calle ajena, la de Pau Font de Rubinat, optan por parar en la misma avenida. En ocasiones, también se suman furgonetas de reparto o de mudanzas. Los vehículos parados ocupan tanto espacio que también invaden el paso de cebra, donde hay un semáforo, y los transeúntes se inquietan. Éstos tienen que ubicarse en la calzada para ganar visibilidad entre los vehículos que circulan, algunos de ellos, algo distraídos tras tener que esquivar los coches parados.

    Además, se añade el problema de aquellos vecinos que tienen que entrar al parking y no pueden porque hay algún vehículo en la entrada. Es aquí cuando empiezan los bocinazos sin interrupción, dado que el conductor en cuestión está en la farmacia o comprando y, hasta que no se da cuenta de ello, pasan algunos minutos.

    $!Ambulancias, coches privados y furgonetas de reparto se acumulan y dificultan el paso a los vehículos que entran y salen de parkings privados. FOTO: Alfredo González

    «De mientras, se montan aquí unas colas...», comentan desde el kiosco. Y es que, como que uno de los carriles de circulación está colapsado por los coches allí parados, y por el segundo tampoco puede circularse porque el vecino no puede acceder al aparcamiento, toda la circulación queda paralizada y el claxon de otros coches se suman a la pitada. «Molestan mucho», asegura una vecina de uno de los bloques de la zona.

    Aun así, señalan que el punto que genera mayores problemas es el de delante de la lotería y los pollos a l’ast. Aquí, los coches paran justo después de la rotonda de la plaza de la Sardana, donde hay un paso de peatones y se generan situaciones de peligro. Además, hay justo allí una parada del bus urbano. «Como que hay coches, el autobús no puede acercarse a la acera, y los usuarios que suben o bajan acaban pisando la calzada para salvar la distancia entre acera y autocar», relata un vecino.

    Aquí también es habitual encontrar furgonetas de reparto. «Hay una zona de carga y descarga cercana (en la calle del Alcalde Joan Bertran), pero está siempre llena y acaban parando aquí enfrente», relatan desde la tienda de pollos. La falta de aparcamiento en la zona es también el motivo que indican los usuarios que suelen poner los cuatros intermitentes mientras hacen algún recado por la zona. «Los aparcamientos disuasorios caen lejos», dicen, mientras que encontrar un hueco por las calles colindantes es tarea complicada si no se destinan unos cuantos minutos.

    Alrededor de 800 multas

    Estacionar en un carril de circulación es una de las infracciones más sancionadas por la Guàrdia Urbana de Reus. Aunque concretamente en la zona de delante de la farmacia 24 horas de Països Catalans «hacen la vista gorda», dicen los vecinos, sí que se imponen sanciones. Durante el año pasado, por ejemplo, Guàrdia Urbana interpuso 831 multas de esta tipología, según datos disponibles en el portal Open Data, del Ayuntamiento de Reus. En cuanto a 2022, hasta julio ya sumaban más de 400.

    Aun así, las infracciones más multada por el cuerpo policial son las referentes a las áreas de aparcamiento reguladas y, más concretamente, aparcar en zona azul sin tique. En este caso concreto, Guàrdia Urbana interpuso el año pasado 14.166 sanciones, mientras que por excederse del tiempo fueron 7.158. Así pues, en total esta tipología de multas ascendió hasta las 21.324, mientras que este año, entre los meses de enero y julio, ya suponían 13.058.

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