Reus contará con un estudio para mejorar las Biblioteques Municipals de Reus (BMR), en el que se analizará sus necesidades y en qué punto se encuentran estas. El concejal de Cultura del Ayuntamiento de Reus, Daniel Recasens, expresa que quieren potenciar las bibliotecas –algo manifestado en el Pla d’Acció Municipal (2023-2027)–, puesto que «son espacios con un público adulto, el mayoritario, e infantil clarísimo, son espacios democratizados, en los que hay una participación asegurada en la mayoría de proyectos, su actividad es intensa y se hace vida allí».
El edil pone como ejemplo el Passaport Cultural, que acerca a las familias a las BMR, entre otros lugares de la capital del Baix Camp: «Es increíble el volumen de personas y de movimiento que se genera al realizarse esta iniciativa».
Este plan de mejora «dará información de la situación por la que pasan la BMR». Recursos humanos y digitalización son temas susceptibles de abordarse. Este último punto, el de la digitalización, lo consideran fundamental desde el área: «Con este estudio, sabremos qué cubrimos y qué carencias hay; y la digitalización es un proceso natural, que ya se vio impulsado por la llegada de la Covid-19 y que ha ido teniendo continuidad, es un tema a tener en cuenta».
La evolución de las peticiones de préstamos digitales «cada vez es mayor, así como las adquisiciones de fondos digitales por parte de las BMR». En lo digital, Recasens destaca, por otra parte, el auge de los carnés de biblioteca digitales, en marcha a raíz de la pandemia, y que ha sido «una progresión natural, también». Respecto a la última cifra cerrada de carnés de biblioteca, de 2022 –sin entrar en distinciones de si están en formato digital o no– hubo 73.763 carnés emitidos. Una cifra que sigue siendo positiva a lo largo de los años, acota el edil de Cultura.
Las entidades, un público leal
En cuanto a cifras cerradas de 2022, la memoria de actividades de la BMR reza que fueron hasta 5.503 los préstamos realizados a entidades, un número que, si se compara con 2021, va manteniéndose, ya que, por entonces, se encontraban en los 5.137 préstamos. Las entidades y asociaciones se establecen, en este caso, como otro público leal de las bibliotecas reusenses.
La propia directora de las BMR, Cristina Garreta, ya consideraba en febrero de este año –en la ya mencionada memoria de bibliotecas– que «nos erigimos como uno de los equipamientos municipales con más contacto con la ciudadanía» y que dicho factor «lo empiezan a tener en cuenta otras áreas del Ayuntamiento». También entidades y particulares, «quienes depositan en nosotros la confianza para nuevas solicitudes, que abarcan desde petición de uso de espacios, ya sea para presentaciones de libros u otras actividades de difusión en las plazas». En cuanto a fondo bibliográfico, tampoco se quedan atrás. Garreta señala, en la valoración del documento, por otro lado, que los últimos meses recibieron la donació Gamundi, la donación Barrera y de la revista Cáñamo.
En cuanto a necesidades, la directora de la red de bibliotecas municipales menciona que «somos una de las principales estructuras bibliotecarias del territorio», algo que considera podría reconocerse aún más desde el Servei de Biblioteques «con ayudas para la transición tecnológica».
Programas de actividades
En un futuro inmediato, además, Garreta también distingue como «prioritaria» la mejora de los espacios de conservación y la gestión de programas de actividades que «pongan en valor el conocimiento de las personas como generador de comunidad». Todo ello, lo pone sobre la mesa en el documento teniendo en cuenta criterios a cumplir de la Agenda 2030.
Sobre el tema de atraer a todo tipo de públicos y analizar el uso de los equipamientos, el concejal Recasens explica, por su parte, que hay que observar el panorama de la ciudad en global, también: «Nos hemos empeñado, por poner un ejemplo, en surtir la zona sur con una transformación urbana y creemos importante que, para ello, dicho lugar disponga de una serie de equipamientos a los que damos un uso concreto, para que a nadie le falte de nada». Por ello, encuentra fundamental realizar un «análisis de necesidades, para saber –preguntado a propósito de crear una tercera biblioteca– realmente qué necesidades hay».
La tercera biblioteca «sigue sobre la mesa»
Hará un año la concejalía de Cultura aseguraba al Diari que una tercera biblioteca era una prioridad, pero no urgente. Algo que el propio concejal, Daniel Recasens, ratifica de nuevo aportando que «estamos en el mismo punto que entonces, sigue sobre la mesa». El planteamiento, aun así, «no tiene una formulación clara, requiere que pongamos un grado de prioridades y posibilidades de inversión». Una biblioteca «tiene un impacto económico, no solo en cuanto a la construcción, sino de personal y, como administración pública, tenemos un número cerrado de recursos humanos». Además, dichos equipamientos, completa el edil, «tienen unos horarios determinados, no tienen por qué abrir de primera a última hora».
Muchos proyectos y acción cultural
Las bibliotecas municipales acogen «cantidad de proyectos y mucha acción cultural», en palabras del concejal de Cultura, Daniel Recasens. Este describe dichos equipamientos como «un pilar, y más en tiempos de pandemia, puesto que fueron de los espacios públicos que conservaron su programación, a pesar de las circunstancias, y con reformulación de algunas de las actividades». Incluso, hace poco, «se nos presentó la opción de exponer el programa de lectura Lecxit a Barcelona».
