El Mercadal se tiñe de amarillo por Sant Pere

Reivindicación. La plaza se quedó pequeña para vivir la jornada festiva. Tras la Tronada, se clamó por la libertad de los líderes independentistas

30 junio 2018 07:45 | Actualizado a 02 julio 2018 17:20
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El comienzo de la marcha del Seguici Festiu desde la calle del Fossar Vell de Reus  fue de lo más ruidosa ayer por la tarde. Vaticinó la alegría contenida en el que fue el último día de celebración de la fiesta mayor de Sant Pere en la ciudad.

Las calles del centro fueron acogiendo numerosos grupos de curiosos y pronto rebosaron de impaciencientes por poder divertirse y oservar los espectáculos de las agrupaciones festivas: los bailes, los Gegants y, sin duda, las bestias. 

Uno de los elementos más emblemáticos fue la Àliga, quien pasadas las 20 horas paseó majestuosa tras alzarse el pilar caminante de los Xiquets de Reus.

Éste se abrió camino hacia la fachada del ayuntamiento y resolvió con éxito la hazaña castellera. Los de la camiseta avellana aprovecharon un momento para poder clamar «llibertat», «presos polítics». La reclamación sumó muchos más asistentes, quienes alzaron carteles amarillos con el mismo mensaje, que pudieron adquirir del colectivo de ANC.

Algunos de los castellers, además, dispusieron una serie de hilos para poder alzar en frente de la fachada del consistorio un cartel mucho más grande. 

Acto seguido, se ultimaron los preparativos para encender la cuarta Tronada que reunió en el centro de la plaza del Mercadal a la concejala de Cultura, Montserrat Caelles, y el alcalde de Reus, Carles Pellicer.

Junto a ellos se situaron estratégicamente los técnicos de la pirotecnia y, como invitados de honor al encuentro festivo, el presidente del Club de Natació Reus Ploms, Isidre Guinjoan, y su homóloga del Orfeó Reusenc, Ester Cos.

Y es que ambas entidades celebran este año su correspondiente centenario. Por otro lado, la cantidad de personas dejó poco espacio para la cantidad de espectadores que acudió a la plaza. Se hicieron sitio como pudieron y acercaron sus teléfonos y cámaras de fotos para captar la primera llamarada. 

La primera llamarada

Y llegó el momento. La Tronada se encendió a la primera y sin escusas. Culminó en una explosión que despertó la diversión de los asistentes de la plaza en una larga oleada de manos levantadas.

Fue entonces cuando se produjo un aplauso masivo y la plaza del Mercadal volvió a teñirse de amarillo junto al comienzo de la melodía del Cant dels Segadors. A lo que siguieron otras muchas frases reivindicativas relacionadas con la libertad y la república.

El acto incluyó también el despliegue de una gran estelada en uno de los edificios de la plaza. De forma simultánea también se trasladó el busto de Sant Pere y su imagen dió la vuelta alrededor del Mercadal. 

Por su parte, los diferentes grupos de baile festivos pudieron seguir luciéndose en un momento inmmortalizado y ovacionado por los ciudadanos más devotos, quienes unieron en sus instantáneas liturgia y folklore.

Al acabar el recorrido, la imagen de Sant Pere fue llevada de nuevo hacia la Prioral y unos fuegos artificiales conmemoraron la fiesta mayor junto a una tronada aérea. Aun así, la fiesta no podía terminar sin la acostumbrada carretillada que preparó con mucho esfuerzo el colectivo reusense del Ball de Diables. 

Así pues, tras  llevar a cabo los úlitmos bailes festivos, fue el turno de la Víbria y el Drac, quienes fueron los elementos que triunfaron en la exhibición pirotécnica. Fueron encendidos y pudieron enmudecer los ciudadanos a pie de calle.  

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