Lidiar con los vehículos que paran en medio de carriles de circulación es el día a día de los conductores de buses de Reus. En algunos puntos, los coches están estacionados en paradas de bus o en sus inmediaciones «y los conductores no vemos si hay alguien en la parada», exclama Neus Haro, vocal del Comité de Empresa de Reus Transport. Por otro lado, «no podemos acercarnos a la acera y los pasajeros tienen que cruzar un carril de circulación con todos los peligros que esto comporta», añade, y asegura: «Es tan frecuente, que todo esto ya forma parte de nuestro trabajo».
De por sí, está prohibido parar o estacionar en medio de la calzada, pero aun así, cada parada de bus está señalizada con una línea amarilla que refuerza esta idea. Recientemente, el consistorio ha repintado y es ahora que algunos conductores se han dado cuenta de su presencia y lo aplauden: «Antes no me había dado cuenta de que había esta señalización y me parece que refuerza la prohibición de parar», opina una conductora que se encuentra habitualmente con coches o furgones estacionadas en medio de la calzada en calles y avenidas de doble carril, como el arrabal de Robuster.
No obstante, «los vehículos siguen parando haya la señalización que haya», subraya la vocal del Comité de Empresa de Reus Transport. A la vez, admite que no sabe exactamente cuál podría ser la solución definitiva, «pero es evidente que algo estamos haciendo mal». «Creo que todos son conscientes de que existe esta problemática», subraya.
Por su parte, los conductores de bus notifican a su centro de control de cada incidencia detectada, entre ellas, la presencia de vehículos que obstaculizan las paradas. «Y es desde el centro de control que se encargan de gestionarlo y dirigirse a los organismos correspondientes según el caso, ya sea Guàrdia Urbana de Reus, ambulancias...», relata Neus Haro. Pero «no podemos hacer más que esto».
Països Catalans, punto negro
Los principales puntos problemáticos se encuentran en la avenida dels Països Catalans y, concretamente, son dos: delante de la administración de lotería y pocos metros más arriba, en la farmacia 24 horas, donde hay también el centro de diálisis.
Como recuerda Haro, hace unos años, cambiaron de ubicación la parada 74 (Mare Molas 2) por, «precisamente, evitar este problema». Antes estaba situada justo delante de la farmacia, pero ante la cantidad de coches que habitualmente hay allí parados, y también ambulancias de las diálisis, se decidió cambiar la parada y situarla delante del Roslena «y estamos en las mismas», dice.
Una vecina de esta zona de Països Catalans, que es usuaria del autobús urbano, explicaba ayer a este rotativo que «es muy habitual que el bus no pueda dejarte cerca de la acera porque hay vehículos que lo impiden». En muchas ocasiones se ha visto obligada a bajar en el segundo carril de circulación y cruzar hasta llegar a la acera: «En una ocasión, casi que me atropella un patinete eléctrico». Y es que, como explica también Haro, «te encuentras con bicis, patinetes o motos que no quieren esperarse y te avanzan por la derecha, con todo el peligro que esto supone». En el caso de la vecina de Països Catalans, «me fue de poco que no me atropella» y, desde entonces, «voy con más cuidado».
En la zona de la farmacia 24 horas pueden llegar a haber hasta una decena de vehículos parados. Por la tarde y la noche suelen ser coches que van a por medicamentos y, por la mañana y mediodía, suelen haber muchas ambulancias y coches de particulares que van al centro de diálisis. Los inconvenientes no son únicamente para los buses, sino también para los vecinos que tienen que acceder a los parkings particulares. Prácticamente a diario se oyen pitadas de algún vehículo que no puede acceder porque hay algún coche sin conductor parado en el vado. De rebote, empiezan a generarse colas y se suman los cláxones de otros coches que han quedado atascados.
En otros puntos de la avenida también es habitual ver furgones descargando en carriles de circulación. Y es que denuncian que en la zona hay muy pocas zonas de carga y descarga y que, las que hay, suelen estar ocupadas.
Por otro lado, los conductores de bus señalan otra zona de Reus conflictiva: la plaza del Nen de les Oques, delante del estanco 24 horas. Según explican, en este punto el problema se agrava a partir de las 19 h, «cuando ya es imposible poder hacer una parada en condiciones». «Lo que más nos preocupa como chóferes es la seguridad de los usuarios y así no la podemos garantizar», concluye Haro.
En La Salle, más densidad «pero menos peligro»
Neus Haro, vocal del Comité de Empresa de Reus Transport, explica que donde han visto un cambio en positivo es en la avenida de La Salle. «Desde que hay un único carril de circulación, hemos ganado en seguridad», dice aunque reconoce que, a la vez, «hay más densidad». Fue a principios de año que entró en funcionamiento el carril bici, que supuso una redistribución de la movilidad de esta zona. La avenida pasó de tener dos carriles por sentido a uno, se creó un carril bici y se mantuvo la zona reservada a coches de familiares de la escuela La Salle. Así, aparte de ganar el carril bici, se buscaba terminar con la doble fila de coches «y los usuarios de bus tienen más seguridad».