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    La zona de recreo para perros del Parc de Mas Iglesias cumple un año y las personas que llevan allí a sus mascotas encuentran «deficiencias» por la «falta de cuidado», según dicen

    03 febrero 2023 20:53 | Actualizado a 04 febrero 2023 07:00
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    La ciudadanía aplaude que haya pipicanes en la ciudad, aunque hay una reclamación recurrente, y es que haya «mantenimiento, mejor alumbrado y que algunas de las personas que los usan, sean más cívicas». Hay usuarios, además, que critican que las zonas de recreo estén tan alejadas las unas de las otras y que «podría haber más en la ciudad».

    El presidente de la Federació d’Associacions de Veïns de Reus (FAVR), Marcos Massó, cuenta que, aunque no le llegan quejas concretas, lo que sí escucha es que «no hay suficientes». «También hay que pensar que, colocar un pipicán en una zona determinada no es fácil, se necesita espacio para que el animal corra y pueda moverse, sin entorpecer a otros perros que estén en el mismo sitio», razona Massó, quien añade que es importante que a estas zonas se las dote, además, de los servicios pertinentes: «De árboles y vegetación, tiene que ser un lugar adecuado a las necesidades de los animales».

    Una de las zonas de recreo de perros de creación reciente en la ciudad es la del Parc de Mas Iglesias. Hace un año y un mes que se inauguró la nueva, de hecho. Tiempo atrás, había habido otra ubicada en otro punto del parque, pero quedó pequeña y se proyectó la que nos ocupa.

    El presidente de la asociación de vecinos El Roserar de Mas Iglesias de Reus, Francesc Jornet, expresa que «los usuarios están usando correctamente el pipicán» y que, además, lo están cuidando, porque «de momento, que sepamos, nadie de la brigada municipal ha venido a hacer mantenimiento».

    Los vecinos usuarios que acuden allí con su perro, trasladan a la asociación que hay «deficiencias». Jornet enumera algunas: «Los árboles que rodean el pipicán no están debidamente protegidos; el perímetro delimitado no está del todo hermético, perros pequeños pueden escaparse con facilidad; el alumbrado es deficiente; la limpieza es nula; y luego están los matorrales, que no se han quitado tal y como pedimos al estrenarse el espacio, y se están deteriorando por una falta de cuidado». La tierra, por otro lado, «podría mejorarse, el suelo presenta irregularidades y genera polvo a la mínima, se debería de colocar una tierra, arena, que fuera más compacta».

    La forma del pipicán es «muy irregular, esa forma de número cuatro no se entiende, pedimos que se hiciera una zona de recreo para perros más grande, para igualar el espacio que hay reservado para perros pequeños y perros grandes». «La zona destinada a los perros pequeños es muy reducida y los usuarios echan en falta algo más de espacio», tercia otro de los vecinos de la junta.

    Comportamientos incívicos

    Los vecinos critican, además, que este tipo de espacios llaman a los incívicos: «Hace unas semanas y no es la primera vez, encontramos pequeñas cápsulas de veneno en el pipicán, y eso nos preocupa, porque se camuflan muy bien entre los hierbajos; si quitaran las plantas de aquí o pusieran arena, se verían mejor».

    Jornet hace saber que, pronto, tienen previsto hacer una asamblea de vecinos para poner en común reivindicaciones y preocupaciones. «Tenemos en mente crear una lista de mejoras para el barrio y recoger signaturas para presentarlas al Ayuntamiento, y que nos proponga soluciones», dice el representante vecinal.

    Un usuario del pipicán de Mas Iglesias, Neri Nendoza, cuenta que, «en la zona que hay para perros pequeños, no hay basura y hay que ir con la bolsa hacia la zona de perros grandes para tirarla». «Suelo venir los fines de semana y, veo que, normalmente, la tierra también genera polvo, se levanta mucho si hay unos cuantos perros corriendo, y eso molesta. Echamos de menos una fuente para la zona de los perros más pequeños, también».

    Otra valoración es la de Janaina, vecina del barrio Mas Iglesias, suele venir de vez en cuando por este pipicán, aunque prefiere pasear con el perro. «Cuando veo el pipicán casi vacío, entro, porque hay veces que se llena y es fácil que mi perro se encuentre con uno más grande y se peleen. Tengo que decir que encuentro que el espacio está bastante bien, pero es un poco pequeño y la forma que tiene es mejorable. Si quieres traer a tu perro pequeño y no quieres que coincida con uno más grande, la zona donde puede moverse es limitada», apunta Janaina.

    La usuaria habla de otro pipicán, cercano a la zona del Passeig Misericòrdia, donde «la parte dedicada a perros más grandes está muy bien, pero la de los pequeños, podría mejorar, no hay fuente para ellos».

    A modo de repaso, la reclamación de la asociación del barrio de Mas Iglesias, de cambiar la ubicación del antiguo pipicán del parque, supuso una satisfacción para los vecinos, aunque ahora pidan mejoras. Por entonces, el alcalde de la ciudad, Carles Pellicer, dijo que «hacía mucho que la entidad había pedido cambiar la ubicación del pipicán, y todo ha tenido sus procesos». «Buscamos el mejor, separado de las zonas residenciales, para evitar que llegara el ruido. Es un poco más grande que el antiguo», apuntó Pellicer. Por entonces, dejó claro que la zona que albergaba el pipicán anterior, se precintaría y las tierras se levantarían y ventilarían, para readaptar de nuevo el espacio.

    Por otro lado, en el barrio del Velòdrom, Alejandro Yeste, vecino de la zona, dice que, «en el de aquí, falta hacer limpieza, pues los olores de los excrementos se propagan». El usuario describe el pipicán como «muy amplio, hay un gran espacio para los perros, pero faltaría un mantenimiento más regular».

    Por su parte, la presidenta de la asociación de vecinos del barrio Gaudí, Mª del Mar Escoda, comenta que el pipicán está en «muy buen estado» de conservación. «Lo que hay, a veces, es gente incívica, que no recoge los excrementos de su perro, a pesar de que hay carteles que lo recuerdan. El espacio es el adecuado y además con la remodelación que ha tenido el Passeig de la Boca de la Mina, todo queda bien integrado», resume. La ubicación es una de las ventajas destacadas por la representante vecinal del barrio Gaudí: «El pipicán está situado en una zona que no molesta a los vecinos».

    Mejorar el estado de los pipicanes en la ciudad es algo que la ciudadanía también ha solicitado a través de los Pressupostos Participatius. Algunas de las demandas específicas son cambiar la arena de las zonas de recreo para perros, por ejemplo.

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