Hace diez días, se dio de baja del PDeCAT.
Fue una decisión pensada desde hace ya tiempo. Es porque el PDeCAT tiene una vida muy relativa ahora. Y viendo la situación política y el acuerdo con Ara, que a mí no me representa ni los concejales comparten, sin un debate en el Consell Nacional ni con la militancia; viendo que Reus es una ciudad grande y tenía el alcalde más importante del PDeCAt, que no haya habido una consulta pese a que me he ofrecido varias veces a hablar de temas... Yo conocí ese acuerdo en la calle, por un encuentro esporádico en el que me informó Ara. No es correcto y lo lamento. Hay que afrontar nuevas etapas.
Se queja de que no le preguntaron antes de constituir Ara Pacte Local. Pero, ¿y si le hubieran pedido opinión?
No estaba a favor. No soy de Ara, a mí no me representa, y eso no me deja más salida. Hubiésemos podido tener otros planteamientos antes que entregarlo todo a otra formación.
¿Cuáles?
Ya no estoy dentro, sería un error por mi parte hacerlos. En Reus tenemos una marca de éxito que se llama Junts per Reus, que logró casi 10.000 votos en las últimas elecciones. Es transversal, abarca muchas sensibilidades políticas y estas deben repetirla y volver a ganar las elecciones, conseguir un buen resultado.
¿Por qué no le consultaron?
Porque la fórmula en Reus debe pasar por ir con Junts, por Junts per Reus. Y eso posiblemente no se veía bien.
Dice que llevaba tiempo dándole vueltas a la decisión.
Sí. Yo también me voy de alcalde, pero eso no quiere decir que no dé apoyo a alguna formación aunque no militaré en ningún otro partido al uso.
¿Fue difícil?
Más que ser complicado, me sabe mal. Son muchos años y, al final, las cosas acaban así... Yo respeto a todo el mundo, pero también tengo legitimidad para decidir y creo que esto no ha sido correcto. Hay quien dice que he roto el carnet, pero yo eso no lo he hecho ni lo haré nunca. Yo me he dado de baja y, conmigo, ha salido mucha gente a la que en absoluto se lo he pedido yo pero también han pensado igual. No tenía más opción.
La gente se lo pregunta en la calle: ¿por qué no rompe el gobierno?
Porque no. Porque no tiene nada que ver. Una cosa es la política de partidos, que tienen el objetivo legítimo de ganar elecciones. Y otra cosa es un gobierno constituido hace casi cuatro años que gobierna la ciudad y la gobierna bien. Es distinto. Yo caería en un grave error si mezclase una cosa y otra. Que yo tenga que sacar a alguien del gobierno porque no me representa... tal vez me quedaría solo. No se trata de eso.
¿No es extraño? Una de las mitades del Pacte Local, Ara, forma parte de su equipo.
No, no. No es nada extraño. Precisamente es correctísimo separar las cosas. Lo contrario, ni la gente no entendería ni sería hacer política.
Entonces, ¿no ha habido una crisis?
No. Ni la ha habido en todo este tiempo, ni la hay ni la habrá. Ni con ERC, ni con Ara Reus, ni en el anterior mandato. El futuro no está escrito pero creo que no. No por mí. Tendría que pasar algo muy grave que no pasará. Debo separar el gobierno de la política de partidos. Por ejemplo, yo no comparto decisiones tomadas en la Generalitat, en el Govern, pero no hay que mezclar.
¿Qué balance hace del mandato?
Para mí, positivo. Hay aciertos y cuestiones que no se aciertan. No se hace todo bien. Nadie es perfecto y yo tampoco.
Teresa Pallarès, que antes fue un punto de conflicto, es ahora su candidata.
Viene del mundo socialista y está en Junts. Esa es la transversalidad de Junts per Reus. Teresa Pallarès es la candidata que Junts per Reus tendrá y yo doy apoyo a esta candidata.
¿Qué pasará, de cara a las elecciones, con el resto de los concejales que también han dejado el PDeCAT?
Eso dependerá de ellos. Yo ya no hago candidaturas. Tendrá que haber un acuerdo en cualquier momento, que ya se formalizará, pero de momento seguimos hacia Junts per Reus.
Pero usted lo dejó atado para que ellos tuvieran sitio en la lista, si quieren.
Dependerá de la candidata, no de mí. Yo ya no estoy en este baile, no pongo ni el disco.
¿Se le ha pasado en algún momento por la cabeza volverse a presentar?
Hombre, no. No lo he pensado en ningún momento ni pasará. Tendría que ocurrir algo muy grande.
Anunció que no concurriría y ahora su herencia es codiciada. ¿Eso es que lo ha hecho bien?
Eso pasa. No diría que lo he hecho bien sino que he hecho todo lo que he podido. Me propuse romper la urna de cristal, no quería ser un alcalde de despacho sino saber lo que pasa en la ciudad: salir a la calle, conocer, hablar, ver y tratar de solucionar problemas. Mi agenda me la llevo yo. Si no estás escuchando a la gente, no puedes gobernar. Y eso que todo no se puede hacer, porque un alcalde que dice ‘sí’ a todo no es un buen alcalde.
¿Cómo afronta los últimos siete meses?
Satisfecho. Trabajo como siempre y seguiré hasta el último día. Convivencias, visitas, atención a la gente... Continúo siendo el alcalde que creo que debo ser. El 28 de mayo entraré en funciones y el 17 de junio, a las 12 del mediodía, dejaré de ser alcalde. Son 12 años que han dado mucho de sí. Pero mi etapa política debe descansar. Soy de entregarlo todo, procuro que la gente esté bien. Y, en general, la gente no está descontenta porque Reus ha ido bien.
¿Qué le queda por hacer?
No me estoy despidiendo, todavía quedan siete meses, esta no va a ser mi última entrevista. Gobernar una ciudad grande como la nuestra es complejo y se trata de lograr una línea equilibrada y para todos.