Whatsapp Diari de Tarragona
  • Para seguir toda la actualidad desde Tarragona, únete al Diari
    Diari
    Comercial
    Nota Legal
    • Síguenos en:

    Recordar y divulgar para que no se vuelva a repetir desde Reus

    Memoria. Àngels Bofarull recuerda a su tío, uno de los 12 reusenses que cuenta con adoquín Stolpersteine, cuya finalidad es recordar a los deportados a los campos nazis

    17 abril 2023 21:39 | Actualizado a 18 abril 2023 07:00
    Se lee en minutos
    Participa:
    Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
    Comparte en:

    «Recuerdo tener conversaciones con mi tío, de su vivencia en los campos de concentración. Verbalizarlo para él suponía revivir todo aquello. Eran conversaciones cortas, pero hablarlo tuvo y tiene valor, y es necesario, para que la sociedad sepa lo que pasó y para que no se vuelva a repetir».

    De esta manera, Àngels Bofarull Solé –sobrina del reusense de adopción Anton Bofarull Ferrer, deportado a los campos nazis–, empieza a conversar sobre su familiar en el Arxiu Municipal de Reus. La acompaña la concejala de Participació, Transparència i Bon Govern, Montserrat Flores, también archivera. Juntas reflexionan mientras la primera sostiene un adoquín Stolpersteine, que lleva el nombre de su pariente. Estas ‘piedras en el camino’ (como se traduciría del alemán) recuerdan y homenajean a los deportados y se enmarcan en un proyecto cuyo origen se remonta al 1992, de la mano de Gunter Demnig, quien colocó la primera Stolpersteine.

    Este bloque de cemento muestra, en su superficie de latón, datos de la persona a recordar y se instala delante del último domicilio conocido. Memorial Democràtic lideró el proyecto Stolpersteine en Catalunya, que contó también con apoyo ciudadano y de entidades, como Cultura i Solidaritat. Como Bofarull Ferré, otros 11 reusenses más disponen de un adoquín Stolpersteine, y de momento solo se ha instalado uno: el del ebanista Pere Isern Anton. Hasta la fecha, además, el Arxiu Municipal ha conseguido identificar a 35 reusenses deportados. Sobre ello, Flores explica que es indispensable la cooperación de las familias, para recabar toda la información posible: «El archivo es como un centro de información, pero los familiares nos pueden conectar con otras personas, con conocidos y ampliar información, con testimonios orales».

    Àngels Bofarull se puso en contacto con la directora del Arxiu Municipal, Elisenda Cristià, para aportar información sobre su tío. «Traje, por ejemplo, unas medallas de la resistencia, y cartas», recuerda. De hecho, en la exposición Feixisme, mai més! Del Baix Camp a l’infern dels camps nazis del Museu Salvador Vilaseca (abierta hasta el 15 de abril), se pueden encontrar dichos objetos. Uno de los aspectos que reivindican Flores y Bofarull es que «los deportados fueron más que eso, tenían un oficio, y eso hay que recordarlo, porque tenían una vida». Bofarull explica que su tío fue agente comercial de profesión, además de militante de Foment Nacionalista Republicà, entidad también adherida a ERC.

    Durante la guerra participó en el esfuerzo bélico de la República. En el exilio, tras estar recluido en el campo de concentración de Argelers vivió en Niza. Al cabo de un tiempo, se sumó a las filas de la resistencia antifascista para combatir la ocupación alemana de Francia. En marzo de 1944, fue detenido por la Gestapo en Perpiñán y enviado a la prisión de Compiègne. De allí, fue deportado al campo de concentración a Neuengamme –cerca de Hamburgo– para explotarlo como mano de obra esclava.

    Al acercarse el fin de la guerra, fue trasladado al campo de concentración de Ravensbrück –en el norte de Berlín– de donde fue liberado el mes de abril de 1945 por el Ejército Rojo. Aquel mismo año, decidió volver a Catalunya para rehacer su vida. Murió el 1991. «Una de las cosas que quiso entender mi tío, que dio la vida por sus ideas, fue por qué le hicieron pasar por ese infierno. Su prometida, además, le esperó 11 años», dice Bofarull, a lo que Flores tercia: «Algunas de las consecuencias que dejó esa planificada industria de guerra a quienes pasaron por los campos fueron marcas físicas y psicológicas duraderas».

    Comentarios
    Multimedia Diari