Alrededor de veinte alumnos del primer curso del ciclo formativo de grado medio (CFGM) de Sistemes Microinformátics i Xarxes (SMX) del Institut Baix Camp de Reus han reparado este curso ordenadores en desuso para enviarlos a escuelas africanas, a través de la plataforma Labdoo. Se trata de un proyecto sin ánimo de lucro en el que arreglan portátiles en su mayoría, aunque también pueden acoger ordenadores de sobremesa.
La tarea se realiza de forma altruista, quienes participan lo hacen como voluntarios y el objetivo es ayudar a los escolares africanos en su educación. Una vez vuelven a funcionar los equipos, «se les instala un sistema operativo (SO) de código libre, con programas educativos para desempeñar tareas educativas».
Más allá de dar una segunda vida a los dispositivos, ya sea por entero o por piezas, es actuar en pro de otros centros con menos recursos. Por el momento, los primeros portátiles reparados por el alumnado del Institut Baix Camp han llegado a Soweto Youth Initiativa en Nairobi (Kenia). No es la primera vez que se colabora en este proyecto desde el centro educativo reusense –indica el profesor del módulo 1 de montaje de equipos del ciclo medio, Jordi Sabaté– pero cada vez que se pone en marcha «es distinto».
Así lo corrobora su homóloga en el instituto, Tamara Huete, para la que sí ha sido la primera vez en la iniciativa, como guía para los alumnos: «Ha sido como un experimento, continuaremos en el proyecto el curso que viene y corregiremos aspectos, como la organización, pues comenzamos a mitad de curso y, al disponer de poco tiempo, costó arrancar, aunque se ha aprendido mucho».
Los estudiantes de SMX Miquel Fort, Fernando Ortiz y Génesis Polanco lo confirman: Fort comenta que con este proyecto aprendió qué era el SO Lubuntu, Ortiz valora la importancia de que un portátil lo arregle una única persona, «es más sencillo», porque si pasa «por muchas manos», hay información que se pierde, y para Polanco «ha sido más difícil instalar el SO que mirar si a un ordenador le faltaba una pieza».
Al tener poco tiempo para reparar, los alumnos comenzaron tan solo con unos cinco equipos. «Fuimos pidiendo a la gente portátiles viejos que no quisieran, esperamos así dar más visibilidad a Labdoo desde el centro, también», señala Huete. De hecho, hace un llamamiento a la ciudadanía, para que «nos los traigan aquí y los arreglemos, para que otras personas que lo necesiten, los usen, y ya no solo de África, sino para entidades de Reus». Huete y Sabaté recuerdan que «sólo hay que ponerse en contacto con el centro educativo (info@insbaixcamp.cat)».
Un rasgo que diferencia a los alumnos participantes, según Huete, ha sido que «aparte de arreglar ordenadores, con un restablecimiento del SO y demás, es que los han reparado». También comenta que, con la actividad, reducen el volumen de residuos.
Los alumnos: «Cada portátil es un mundo»
Tras arreglar varios portátiles, los alumnos Fort, Ortiz y Polanco afirman que «cada uno es un mundo», que han adquirido «mucha experiencia» y que, que cada ordenador tenga una marca exclusiva supone una «limitación»: «Por compatibilidades con sistemas o porque las piezas fueran distintas», dice Fort.