Una docena de parejas de albañiles muestran su arte en Reus

El oficio de albañil es todo un arte y, esta mañana, ha quedado más que demostrado con la reanudación del Concurs Intercomarcal de Paletes de Reus, que suma ya 47 ediciones. El evento se celebra de forma bianual. La última edición fue en 2018 y tocaba repetir en 2020, pero la Covid obligó a posponer el concurso hasta este sábado, retomándose con una docena de parejas de albañiles participantes.

De forma extraordinaria, el certamen se ha celebrado en la plaza del Mercadal, en vez del Parc de Sant Jordi, en el marco del 400 aniversario del Gremi de la Construcció del Baix Camp. A las nueve de la mañana, todos los participantes ya estaban congregados a la plaza y, tras recibir todo el material adecuado, empezaban con el reto: construir un arco catenario, reproduciendo el modelo expuesto en la misma plaza diseñado y elaborado por el director del concurso, Aleix Plana.

A partir de ese momento, los concursantes tenían cuatro horas para construir el arco catenario en cuestión, un elemento constructivo que surge de la inversión de una cadena y, a diferencia de la mayoría de arcos construidos a lo largo de la historia, éste no necesita contrafuertes en los laterales para mantener el equilibrio.

El sol picaba con fuerza desde primera hora de la mañana, así que el sombrero de paja fue, para muchos albañiles, su gran aliado, junto a la crema protectora. Pasadas ya las doce del mediodía, las construcciones cogían ya forma. Algunos ya empezaban a cortar la rosa de Reus, que era el remate de la obra, y otros seguían avanzando en la construcción del arco, ya a contratiempo. Faltaba aproximadamente una hora para agotarse el reloj y los miembros del jurado iban examinando el avance de los trabajos.

Aleix Plana explicaba que se fijan en cuatro aspectos: la calidad profesional, es decir, el desarrollo de la pareja durante la ejecución de los trabajos; la interpretación y replanteo; las medidas, que se ajusten a lo pedido; y la limpieza. La mayoría de aspectos se valoraban al finalizar el tiempo, pero durante el desarrollo del concurso, el jurado –representantes del Gremi, el Col·legi d’Arquitectes y profesionales del sector– ya se iban fijando, sobre todo en la primera cuestión, el trabajo en equipo.

Finalmente fue la pareja formada por Josep Ribes y Josep Maria Vila, de Vilobí d’Onyar (Gironès), la ganadora de la 47 edición del concurso. Ramon Oliveras y Alex Safata consiguieron el segundo puesto y Antonio Romero Lima y Abdesadek Zak completaron el podio.

Como recordaba Plana, este tipo de concursos tienen una larga historia, «cuando los maestros mostraban su talento», mientras que ahora «ha quedado más como una exhibición». Además, en varios municipios se ha perdido el concurso, «y también pasa que cada vez es más difícil encontrar participantes», lamentaba.