«Un nuevo comienzo, lluita i sacrifici. Un nuevo comienzo, sobreviure és difícil». Son los primeros versos de Nou principi, un rap hecho por ocho jóvenes migrantes en el Casal de Joves de La Palma de Reus. La canción, con videoclip incluido y que puede verse en el canal de YouTube de Reus Jove, tiene un objetivo: dar a conocer la realidad de estos chicos que afrontaron un proceso de migración sin acompañamiento y generar, para ellos, un espacio seguro en el que intercambiar experiencias de vida dentro de sus situaciones diversas.
Zouhair es uno de los que ha prestado su voz al tema. Tiene 18 años y ya lleva cerca de dos en España. «Vivía en Marruecos, en el campo. Tengo a mi familia allí. Vine para ayudarlos y que saliésemos adelante», explica. El trayecto fue en patera. «Estuve tres días en el mar. Fue una experiencia muy dura y muy difícil», precisa. Y dice que el viaje «no es para todos, no todo el mundo puede arriesgarse porque uno puede dejarse la vida y el cuerpo en el agua».
Cuando llegó, Zouhair aún era menor. Pasó por un centro en Andalucía y recaló en Barcelona. Ya ha alcanzado la mayoría de edad y reside en un piso. «Todo lo que he vivido no cabe en una canción», apunta. Por eso, para Nou principi eligió «ideas cortas que la gente comprendiera». «Es un rap para pararse a escuchar la letra, para entenderla bien. Habla de cómo vemos cada uno la vida», subraya.
En su caso, comenta, lo más complicado ha sido «estar solo, tenerte únicamente a ti mismo y a tu esfuerzo». También enfrentarse a la realidad de que «cuesta que te den oportunidades y tener la opción de prosperar». Hoy, empieza un curso de mozo de almacén que debería ser su trampolín al mundo laboral. «¿A qué quiero dedicarme a largo plazo? Todavía no sé qué me gustaría ser. De momento haré esto y espero tener mucho tiempo por delante», apunta.
Objetivo: visibilizar una realidad
La historia de Zouhair guarda cierto paralelismo con la de Mohamed, otro de los jóvenes. Como él, Mohamed nació en Marruecos. Llegó hace dos años y medio a través de Canarias y ahora tiene 19. También se embarcó en una patera en la que navegó durante «dos o tres días». Su padre le ayudó a pagar el costoso pasaje, aunque en casa «yo tenía mi oficio de carpintero» y había guardado ahorros para partir. De aquello, recuerda –y ha plasmado en el rap– el «miedo a no llegar» a la costa. Pero llegó, «todos estuvimos bien», y hoy «estoy trabajando en un restaurante», explica.
Con la canción, «queremos que se sepa que la vida de los chicos que vienen de otro país no es sencilla». «Hay gente que no lo entiende, no sabe cómo se siente un chaval que no tiene a nadie», señala Mohamed. Participar en este proyecto musical surgido de un taller que ha ido a cargo de Versembrant, escuela popular itinerante que pretende fomentar la conciencia crítica de la juventud mediante el arte urbano y el hip hop, «estuvo bien. Me gusta contar cosas y aquí he contado algunas», afirma.
El videoclip, que dura 3’40’’ y –pese a llevar unos días colgado– fue difundido ayer desde el Ayuntamiento, acumulaba por la tarde un millar de visualizaciones. Mohamed precisa que «no tardamos mucho, lo hicimos bastante rápido y tuvimos toda la ayuda necesaria». Las primeras cuatro sesiones del taller se dedicaron a hablar, aprender el análisis métrico y musical del rap, su estructura y las técnicas que emplea. Hubo tiempo igualmente para que los chicos reflexionasen sobre su experiencia vital y dieran lugar a la letra. La grabación se llevó a cabo en los Bucs d’Assaig del Casal y el videoclip, en los jardines de La Palma. Todo se fraguó en junio.
«Cada uno canta sobre aquellas cosas por las que ha ido pasando», añade Mohamed. E insiste en una cuestión relevante: «Se trata de mostrar la vida de jóvenes migrantes y que muchos de los que vienen no tienen a nadie, y que no hay que juzgar». Cuando se le pregunta si piensa dedicarse al rap, ríe. Pero tiene claro un referente musical. «Me gusta mucho Morad, es muy bueno», expresa.
El taller, impulsado por el Ayuntamiento de Reus, forma parte de la iniciativa #serjoveareus, que se enfoca en visibilizar nuevos talentos, realidades, entornos y trayectorias de vida para dar protagonismo a los jóvenes de la ciudad. Dos educadoras que trabajan en medio abierto se encargaron de coordinarlo.