Núria Gil: «Comparado con la pista, correr por la naturaleza es otro mundo»

Corredora de montaña

20 junio 2021 08:10 | Actualizado a 20 junio 2021 10:02
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El confinamiento y una lesión. Dos obstáculos que podrían haber parado a muchos deportistas, pero que no evitaron que Núria Gil se proclamase campeona de España y de Catalunya absoluta en carreras de montaña. El primer puesto estatal le dio a la reusense también el billete para disputar el Europeo de Portugal, que finalmente se ha anulado, y el Mundial de Tailandia en noviembre.

Aunque dio la sorpresa, Núria Gil llegó con dolor al Campeonato de España celebrado en Cantabria. Justo después del confinamiento, la reusense notó molestias en el pie cuando realizaba una carrera en Andorra.

El dolor, lejos de ser pasajero, se mantuvo hasta la fecha. La corredora achaca esta lesión a la imposibilidad de «correr con normalidad durante la pandemia». La recuperación parecía que le iba a permitir una tregua para su cita en Cantabria y, de nuevo, volvió a recaer. «En marzo empezó el dolor otra vez, pero estábamos a un mes y medio del campeonato y dijimos: a por todas».

La reusense resistió, se coronó como campeona y se clasificó para el Mundial y el Europeo. Núria Gil reconoce que el objetivo era llegar al campeonato continental y, conseguida su plaza para el Mundial, se empezó a «hacer a la idea de viajar a Tailandia».

La parada que supuso la lesión y el confinamiento no es la primera en la carrera de la corredora. En más de una ocasión ha tenido que dejar de lado su faceta deportiva y volver más adelante. «Soy así, no hago nunca una cosa seguida», bromea la reusense.

Núria Gil empezó a los cinco años a practicar atletismo en el Pare Manyanet, donde su tía era entrenadora. Con once años pasó a entrenar en la pista del CN Reus Ploms y, a partir de la categoría cadete, saboreó el éxito del deporte, participando en torneos mundiales y europeos. El cross fue su prueba favorita e incluso para preparar el campeonato español de este año planteó una pretemporada de cross. Los estudios de fisioterapia, las lesiones y el fallecimiento de su tío, que era su entrenador, la apartaron de las pistas en 2012.

Tres años después, unos amigos animaron a Núria para participar en una carrera de montaña, le gustó y se animó. Tras otra parada por estudios, volvió definitivamente. Cuando recuerda su pasado en pista, afirma que «no cambiaría para nada» su situación actual. «Correr por la naturaleza es impresionante, otro mundo».

Camino a Tailandia

En julio, la reusense tenía que ir hasta Portugal para disputar el Europeo, pero la pandemia ha forzado la suspensión de la cita. Lejos de ser otro problema en el camino, Núria Gil reconoce que puede «ir más tranquila y recuperarme del pie para el Mundial».

Sus molestias parece que van a llegar a su fin. La próxima semana tendrá por fin una plantilla específica que debería terminar con su fasciosis. Una vez superado el dolor, la reusense espera «entrenar mejor y tener más seguridad al correr».

El verano será la prueba de fuego para observar cómo avanza la fasciosis. En julio viajará al Dolomyths Run (Italia) y en agosto al Sierre Zinal (Suiza). Dos carreras con desnivel y muchos kilómetros.

A partir de ahí, ya llegará la preparación específica para la prueba mundial, una carrera corta y con menos desnivel que las dos anteriores. Núria Gil asegura que el factor más importante en Tailandia no va a ser el recorrido, sino la «humedad de la zona».

Conocer el espacio en el que tendrá que correr no es algo que le preocupe a la reusense especialmente. Para eso se encomienda a su entrenador, Rafa Flores. «Intentará indagar cómo será y seguro que lo llevará bien estudiado para conocer el perfil de la carrera», afirma Núria.

Con meses por delante, la corredora reusense se toma su camino a Tailanda con calma. Las sensaciones en las siguientes carreras marcaran cuál es su techo.

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