Tarragona

Los pasteleros artesanos de Tarragona quieren que se les valore

Tradición e innovación. El biscuit de yema y de frutas continúa teniendo éxito, pero las figuras de chocolate cogen fuerza

Toni Teuler, gerente de la Pastisseria Trill, preparando más monas.

Toni Teuler, gerente de la Pastisseria Trill, preparando más monas.Foto: Àngel Ullate

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Cuenta atrás para el Lunes de Pascua. Un año más, las monas vuelven a ser las grandes protagonistas de los escaparates de las pastelerías de Tarragona.

Los pasteleros de la ciudad ya hace meses que trabajan y preparan las figuras de chocolate, conscientes que es una de las campañas más intensas del año.

Toni Teuler, gerente de la Pastisseria Trill, asegura que «está funcionando muy bien». En eso también coincide Josep Gonzàlez. El presidente del Gremi de Pastissers de la demarcación de Tarragona y propietario de la Pastisseria Conde explica que «se han superado las expectativas».

Aunque en los últimos años, las figuras de chocolate parece que hayan ganado más fuerza, es cierto que las monas tradicionales, principalmente las de yema y las de frutas, continúan teniendo éxito.

Clientes recogiendo sus monas en la Pastisseria Conde de Tarragona.

Clientes recogiendo sus monas en la Pastisseria Conde de Tarragona.Foto: Àngel Ullate

Entre las figuras de chocolate, este año, las más pedidas son las de Harry Potter, Nàstic, Barça, Spider-Man, la de la Hello Kitty y los elementos del Seguici.

En relación con los precios, los dos pasteleros explican que la materia prima ha subido una barbaridad. «El chocolate ha aumentado un 30% y la nata, la mantequilla y el azúcar también se han encarecido», afirman.

Aun así, los dos son partidarios de no subir mucho el precio de sus productos. «Nuestro biscuit solo ha aumentado un euro en dos años y el precio del chocolate lo he subido un 15%», asegura Gonzàlez.

Crear relieve

A los dos pasteleros lo que más les preocupa es el futuro. «Falta relevo generacional, cuesta mucho que los jóvenes quieran trabajar los fines de semana en un negocio que es tan sacrificado» dice Teuler.

«Desde las administraciones no nos ayudan a crear y formar futuros profesionales», añaden desde la Pastisseria Conde. De hecho, en Tarragona, solo quedan tres pastelerías agremiadas. «La ciudadanía empieza a darse cuenta de que se está quedando sin pastelerías artesanas y que se tienen que esforzar e ir a comprar las monas en estas», comentan.

Con todo, el objetivo de Teuler y Gonzàlez es el mismo: endulzar la vida de los tarraconenses con sus productos.

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