52 músicos y grupos tienen permiso para tocar en la calle en Tarragona

Los artistas dicen estar más tranquilos desde la puesta en marcha del sistema que les permite acreditarse para tocar en vivo. El Ayuntamiento se plantea ampliar las sitios para actuar

21 febrero 2019 08:48 | Actualizado a 21 febrero 2019 08:51
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«Me encanta encontrarme música en la calle, me hace feliz... En Tarragona debería haber más», comenta una mujer con un bebé en una mochila que se detiene delante de la estación de autobuses para escuchar a Maria Harmon, con su guitarra. Al final deja unas monedas mientras la niña patalea y sonríe encantada con la canción. 

La misma escena por estas fechas el año pasado no habría sido, ni mucho menos, igual de relajada. De hecho, probablemente ni siquiera se habría producido porque entonces no existía, como ahora, un permiso para tocar en la calle. 

Hasta entonces los músicos que actuaban en la vía pública se exponían a ser multados por la Guàrdia Urbana e, incluso, a que les requisaran los instrumentos. 

Desde la puesta en marcha del programa, en julio pasado, que se bautizó como Tarragona Patrimoni, músics al carrer, se han acreditado 34 músicos de manera individual y 18 grupos. 

Por procedencia, además de músicos locales, hay de Bulgaria, Italia, Polonia, Venezuela, Argentina, Francia, Estados Unidos y Austria. 

En cuanto a los instrumentos hay desde el violín o el acordeón hasta la flauta típica de los balcanes o la gaita colombiana. 

En total, el Ayuntamiento de Tarragona permite tocar música en vivo en 19 puntos bien delimitados. Es allí donde los músicos pueden actuar. Hasta ahora los sitios más demandados son delante del Teatre Metropol, la Plaça del Fòrum, el Passeig de les Palmeres, la Plaça del Mercat, La Plaça de les Cols, el Portal del Roser, el Pla de la Catedral y la Plaça de la Font. 

Abiertos a tocar en la playa
Begoña Floria, Concejal de Cultura del Ayuntamiento, se mostraba satisfecha con la forma como está funcionando el sistema de acreditación y aseguró que con él se ha puesto a Tarragona en el circuito de músicos que van de localidad en localidad, algo que, asegura será más evidente en verano. 

Después de los primeros meses de funcionamiento también se está planteando ampliar los lugares donde se puede tocar y han comenzado a tener demanda algunos puntos de los barrios.
En lo que se refiere a los chiringuitos de la playa, donde está prohibido hacer fiestas musicales desde 2016, Floria explica que no entran dentro del plan porque están afectados por la Ley de Costas al estar en una zona que es Dominio Público Marítimo Terrestre. 

No obstante, señala, el Ayuntamiento está dispuesto, si lo solicitan, a dar permiso para tocar, por ejemplo, en el paseo de la playa de l’Arrabassada que sí es de responsabilidad municipal. 
Respecto a la forma cómo se acreditaría la formación o experiencia de los músicos –otro de los aspectos que generó polémica cuando se puso en marcha el  plan –, explica que basta con presentar la documentación correspondiente. «Los técnicos de cultura tienen capacitación suficiente para evaluarlo», señala Floria, de manera que no ha hecho falta realizar audiciones como las que en su día se hicieron en Madrid, por ejemplo. Apunta, eso sí, que los técnicos también evalúan los espectáculos una vez están en la calle y si fuera el caso podrían denegar los permisos aunque, hasta ahora, nunca se ha hecho.

Pros y contras
Sandra Ramos, presidenta de la Associació de Músics de Tarragona (AMT), explica que hace unos días hubo una reunión con músicos que participan en el programa y se mostraron muy satisfechos «se sienten más protegidos». Aseguró, además, que el sistema es «sencillo y rápido».
Entre las propuestas para mejorarlo está el poder reservar el sitio en el que se quiere tocar a través de internet. El Ayuntamiento está trabajando en el sistema. 

También están satisfechos con la idea de realizar un espectáculo de final de temporada como el que se hizo el año pasado al terminar el verano en el vestíbulo del Teatre Tarragona y proponen que la experiencia se repita con más asiduidad. 

Por su parte, Carles Vergès, de la Associació de Musics Professionals, manifiesta que regular la actividad tiene sentido cuando hay un exceso de demanda, pero ese no es el caso de las calles de Tarragona. Considera que el hecho de que el músico tenga que acreditar su valía es una especie de censura. «La música la tiene que evaluar el público, el músico bastante tiene con tocar en la calle», señala. En su opinión el único avance del programa «es que la Guàrdia Urbana ya no te puede requisarte el instrumento». 

Aunque durante las Navidades y los días fuertes de las rebajas se vio más actividad, actualmente las actuaciones son menos frecuentes. aunque, en general la percepción es buena. Florenci Nieto, presidente de Pimec Comerç en Tarragona señala que está demostrado que la música es una buena aliada de la actividad comercial. La música en la calle en particular atrae a las familias e invita a ver los escaparates y entrar «debería haber más», recomienda.
 

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