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Más de lo mismo o un cambio. Es la disyuntiva que tienen hoy domingo los 562.893 tarraconenses que tienen derecho a voto y podrán depositar sus papeletas al Congreso y al Senado en alguna de las 1.002 mesas distribuidas en 373 colegios en cada uno de los 184 municipios de la demarcación.
Tarragona vivió un fenómeno inédito el pasado 20 de diciembre: un ?séxtuple empate a un diputado entre los seis principales partidos. El alcalde de Altafulla y candidato de En Comu Podem, Fèlix Alonso, obtuvo 76.828 votos (un 20,65%). El exsecretario general de la UGT en Tarragona y número 1 de la lista de ERC, Jordi Salvador, quedó segundo, con 65.037 sufragios (17,48%). El tercero fue el ya diputado socialista y cabeza de lista del PSC, Joan Ruiz (58.787 votos, un 15,80%). Le siguió el alcalde de Tortosa y aspirante de CDC, Ferran Bel, con 56.949 votos (15,31%). El quinto candidato en obtener escaño fue Sergio del Campo, de Ciudadanos, con 52.942 papeletas (14,23%). El último en entrar en el Congreso fue el popular Jordi Roca, que había ejercido de concejal del Ayuntamiento de Tarragona y diputado al Parlament. Tuvo 45.477 votos, un 12,22%. El que fuera diputado de CiU y se presentaba por Unió tras la ruptura de la coalición, Martí Barberà, quedó fuera al conseguir sólo 6.299 votos (1,69%).
De cara a esta cita electoral, Unió no se presenta y los otros seis principales partidos repiten no sólo a sus cabezas de cartel sino prácticamente todas las candidaturas.
Los seis diputados actuales tienen todos los números para repetir, según las encuestas. Los sondeos, sin embargo, apuntan también la posibilidad de que En Comú Podem –la alianza de EUiA (el partido al que pertenece Alonso), ICV, Podemos y Equo– obtenga un segundo escaño (la número 2, Yolanda López) en detrimento de CDC.
Tarragona fue una de las cuatro provincias del Estado español en que ganó Podemos y sus confluencias. Las otras tres fueron Barcelona, Guipúzcoa y Álava. La posibilidad de un segundo escaño ha sido el mantra repetido por Fèlix Alonso y los ‘enviados especiales’ de Podemos, como Pablo Echenique e Irene Montero. Pero no a costa de CDC, como augura el sondeo del CIS, sino del PP. Alonso se ha hartado de repetir que su segundo diputado «tendrá valor doble porque se lo quitaremos al PP». El pasado 20-D, según Alonso, se quedaron a sólo 2.000 votos de lograr ese otro escaño.
A lo largo de la campaña, el PP ha presumido de la gestión de estos cuatro años y menospreciado la experiencia de gobierno de sus rivales. Su candidato, Jordi Roca, ha ido enumerando las inversiones del Estado en Tarragona e incluso se apuntó el mérito de que la vicepresidenta, Soraya Saénz de Santamaría, anunciase el viernes 10, primer día de campaña electoral, una aportación de tres millones de euros a los Juegos Mediterráneo de Tarragona 2017. O que Adif anunciase que iba a licitar las obras de mejora de la estación de Tarragona. El mantra repetido por el PP ha sido «seguir mejorando».
Los otros cinco partidos, por contra, han insistido en la necesidad de un cambio: «Ganemos el cambio» (Podemos), «El único cambio posible» (ERC), «Un sí por el cambio»(PSC) o «Un cambio a mejor» (Ciudadanos). CDC se apuntó al «Fets per Catalunya», pero reclama también el cambio. De ahí que hoy votemos por seguir como hasta ahora o por un cambio de aires y políticas.
