Bailarín en Tarragona, estrella juvenil en Italia

Orión Picó vuelve a Tarragona tras concursar en ‘Amici 2018’. Se trata de un reality italiano que mide el talento artístico de jóvenes de todo el mundo.

19 junio 2018 21:37 | Actualizado a 19 junio 2018 21:42
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«Debíamos estar 12 horas seguidas en alerta por lo que pudiera pasar, pero el cariño del público hacía que valiera la pena». Orión Picó, joven tarraconense de 21 años, habla así al volver de Italia. Durante 4 meses ha protagonizado allí horas de televisión, innumerables mensajes en las redes sociales y hasta se ha hecho viral en Internet. Recuerda ese calor de los fans como un sentimiento cálido que le recargaba las pilas durante su paso por el reality show Amici 2016, un concurso con formato similar al español Fama, y que mide el talento en la danza, en la música, en la actuación y en el cante.

Las emociones, sin embargo, se concentraban en las galas de los sábados. Para el joven bailarín «era lo bonito. Llegar al plató desmotivado o cansado, y que solo con que te llamaran por tu nombre el público empezara a chillar y a llorar porque les saludaba... eso te enternece el y te llena de energía para darlo todo».

Ese apoyo de sus fans fue incondional. Así lo demuestran los casi 62 mil followers que tiene en Instagram. Muy por encima de los 3.100 de Víctor Ullate y muy cercano a otros rostros famosos como Ana Rosa Quintana, que reúne 65 mil. «Cuando hacíamos directos bailando en la habitación llegaban a vernos unas 7 mil personas en diez minutos», recuerda de las divertidas escenas que compartía a través de las redes sociales, la única vía que podía manejar solo él. No obstante, fue su coreografía de Che cosa c’e la que le disparó su fama en Italia, ya que el video se hizo viral con casi 760 mil visualizaciones. Ninguna otra actuación la ha superado. 

Actualmente ya está fuera, pues fue expulsado tras meses de mucho trabajo y duras competencias. «Empezábamos a las 8 de la mañana y terminabamos a las 8 de la tarde. En ese tiempo teníamos gimnasio, clases, ensayos, críticas... y todo ello grabado en una sala de no más de 40 metros cuadrados de la que no podíamos salir», explica. Esa sala era de donde salía el jugo del programa, no solo el talento que demostraban en las galas de las noches de los sábados, sino también el ‘salseo’ que surgía entre los propios participantes. 

«El reality jugaba con eso. A veces nos ponían imágenes de otros que creíamos amigos rajando de nosotros. Por la audiencia», subraya Picó, que recuerda varias normas del programa hechas para alimentar malos rollos y que no pudieran encontrar apoyo en los profesionales de detrás de las cámaras, como tener prohibido hablar con los profesionales del cuerpo de baile y mantener un estricto horario diario.

La experiecia, pese a ello, «ha sido muy positiva». Ha podido desarrollarse como profesional y tener una gran visibilidad a través de los medios y las redes. Ahora sigue bailando en la Escuela Artemis Dansa de TGN, dirigida por su madre, la bailarina Artemis Plaja. Sin embargo, no tiene pensado quedarse mucho tiempo. Entre actuaciónes ya planea girar por Italia en verano y empezar nuevos proyectos audiovisuales. 

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