Cuando lo que más adorna es invisible

Si es de los que ya ha comenzado a hacer las compras navideñas es más que probable que se haya encontrado con unos arbolitos de madera, con sus correspondientes estrellas, a la entrada de las tiendas de la ciudad.

Podrían pasar por un elemento más de decoración, pero lo cierto es que lo que más adorna en estos arbolitos es, justamente, lo que no se ve: las manos que, con cariño, cuidado y, en algunos casos, dificultad, los hicieron posibles. Se trata de los usuarios del taller ocupacional de la Fundació Estela, en el que trabajan personas de entre 18 y 60 años con algún tipo de discapacidad psíquica.

Por segundo año consecutivo la Via T se ha decidido a encargar al taller su decoración navideña. Salvador Minguella, presidente de la asociación, explicaba que se trata apenas de «un granito de arena», pero la idea es que esta iniciativa solidaria se convierta en una de las tradiciones navideñas del comercio local.

Cuando todos participan

Ayer era el momento de entregar los adornos a los comerciantes y los usuarios que acudieron no ocultaban su orgullo por el resultado final. Blanca Ferrer, directora del taller, explicaba que una de las cosas que les hacía sentirse más satisfechos era que absolutamente todos los 89 usuarios del taller habían participado en función de sus capacidades, igual que los monitores.

Los arbolitos, que están hechos en material reciclable, fueron diseñados por ellos mismos y están elaborados íntegramente en Estela. Desde la madera a los hilos de las estrellas, todo se ha medido, cortado, serrado, lijado... a mano.

Comenzaron a trabajar cuando todavía no se había acabado el verano y han llegado a hacer 105 arboles para la Via T. De sus talleres, además, han salido los 53 adornos que este año decoran los puestos de los paradistas del Mercat Central.

Pero lo mejor de todo era escuchar como los propios usuarios cuentan su trabajo. Marc, que es muy metódico, relataba como a él le tocó, sobre todo, pulir y barnizar. Thais, a su lado, explicaba que a ella le tocó «perfeccionar» las estrellas y ver que el acabado fuera correcto. Mientras, Juanjo apuntaba que el trabajo no se acaba con hacer los árboles, sino que había que conseguir la manera de organizarlos en el almacén.

Ayer reconocían que les hacía ilusión ver su trabajo en la puerta de las tiendas. Marc resumía, su mayor satisfacción: «El trabajo bien hecho».

Agendas solidarias

Además del taller, en la escuela de Estela también han puesto en marcha una iniciativa navideña. Se trata de las agendas y libretas diseñadas por los alumnos. Las mismas han sido editadas por Silere y están teniendo una muy buena acogida.

Se pueden comprar en la cooperativa Abacus y en algunas librerías, o a través de la web stelart.bigcartel.com. De los 10 euros que cuestan, 1 será destinado a la fundación.