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El que quiera una habitación de hotel para este sábado en Tarragona ya va tarde. Los establecimientos de la ciudad, al menos los que están en el centro, tienen llena ocupación este fin de semana, coincidiendo con la XXVII edición del Concurs de Castells de Tarragona. «Siempre cuando se produce un evento en la ciudad nos ayuda a mejorar la ocupación y en este caso también. Lo tenemos todo completo», explica Joan Pere Segura, director comercial de SB Hotels en el área de Tarragona. Esta cadena tiene dos establecimientos en la ciudad, que en total suman 158 habitaciones y hace ya algunas semanas que no hay disponibilidad de camas para el primer fin de semana de octubre.
Para estas fechas, la ocupación hotelera se sitúa entre el 50 y el 60%. «La mayoría de la gente que nos viene es para el concurso. Tampoco tenemos constancia de que nos venga una colla, pero son reservas que están relacionadas», argumenta Segura. El Hotel Lauria empezó a recibir las primeras reservas para este fin de semana hace un par de meses y a día de hoy tampoco tiene disponible ninguna de sus 72 habitaciones. Una situación similar se ha registrado en el hotel Urbis. Su propietario, Carles Segarra, explica que «la mayoría de los casos son reservas antiguas, de grupos pequeños». La noche de viernes a sábado no será tan fuerte. La ocupación prevista será de alrededor del 75%. Pese a ello es superior a lo habitual. La elevada demanda ha hecho que los precios se hayan incrementado hasta el 20%.
En cambio, el sector del camping prácticamente no ha notado un impacto. «Es un evento muy atractivo, que puede ligar con el público familiar que tenemos, pero ya nos coge demasiado tarde, a finales de temporada, cuando algunos negocios ya están a punto de cerrar», explica el presidente de la Associació de Càmpings de Tarragona, Agustí Peyra.
Un escaparate inmejorable
En total son 31 las colles que actuarán el sábado o domingo en la Tarraco Arena Plaça. A pesar de que la segunda jornada es la más potente, la cifra de personas que mueven es similar, ya que viene limitado por el aforo del recinto. Para el primer día está prevista la asistencia de 5.000 castellers y 5.000 espectadores, mientras que para el domingo se esperan 7.000 personas de público y 7.200 castellers.
Esto representa un total de 24.200 personas, a las que hay que sumar otras 350 que mueve la organización y 400 periodistas, cámaras, fotógrafos y profesionales de la información que seguirán el desarrollo de este evento. «Seguramente es uno de los eventos que posiciona Tarragona de forma internacional de manera más fuerte», apuntaba la concejal de Cultura, Patrimoni i Festes, Begoña Floria. Además, la edil socialista pone en valor que es un acontecimiento que «asocia la imagen de la ciudad con los valores de los castells».
Medios de comunicación de Japón, Australia y Estados Unidos se han acreditado para el Concurs de Castells. Ayer aún confirmó su asistencia la cadena Al Jazeera, el principal referente de los países árabes. En las últimas ediciones no se ha hecho un estudio sobre el impacto económico que genera para la ciudad. Coincidiendo con los 25 años, en el año 2014 se hizo un cálculo de la repercusión económica y se estimó entre dos y cuatro millones de euros. La cifra no se ha actualizado. Pese a ello, podría considerarse como válida ya que fue el primer año en el que el Concurs estrenó el formato de tres jornadas –una en Torredembarra y las otras dos en la TAP– y el espacio tiene un aforo limitado.
El sector hotelero asegura que habitualmente el hospedaje representa el 20% del gasto total previsto. «El impacto es muy importante. Es un escaparate inmejorable del que deberíamos sacarle más jugo», asegura Carles Segarra. Este empresario considera que aún hay por explorar oportunidades para que el concurso tenga mayor repercusión. «Estoy seguro de que podrían buscarse un conjunto de actividades complementarias que nos permitirían hacer de Tarragona durante una semana el epicentro del món casteller». La Diada Internacional es una de las iniciativas que se ha puesto en marcha para que el certamen siga creciendo y la concejal de Cultura se muestra convencida de que «desde el sector privado pueden salir iniciativas interesantes».
