El ‘frisbee’: un elemento de confianza entre perro y dueño

El Anillo Mediterráneo acogió una competición de ‘dogfrisbee’. Los ganadores se clasificaron para el campeonato mundial

21 abril 2019 13:28 | Actualizado a 23 abril 2019 21:55
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Leia es una Border Collie de Zaragoza que, junto con su dueño y entrenador, Andrés, participó en la competición de dogfrisbee que ayer se celebró en el Anillo Mediterráneo. Leia protagonizó uno de los momentos estrella de la mañana, mostrando su agilidad a la hora de coger frisbees al vuelo. Como ella, más de medio centenar de perros participaron en este evento deportivo con un claro objetivo: clasificarse para los campeonatos del mundo, que tendrán lugar en Estados Unidos en octubre.

El dogfrisbee o discdog es una disciplina deportiva canina en la que perro y humano interactúan con uno o varios discos voladores. Marcos Toledano es el presidente de la Asociación Española de dogfrisbee, con sede en Creixell. Se fundó en 2011 y es la encargada de organizar este evento, que se celebra cada dos años. «Esta disciplina nació en Estados Unidos y hace una década llegó a España. Se ha convertido en nuestro hobby», explica Toledano.

Ayer tuvieron lugar dos modalidades de competición a escasos metros del Palau d’Esports Catalunya. La de distancia, que se trata de lanzar el frisbee y que el perro vaya a buscarlo. Gana el equipo que más lejos y más veces tira el disco. Participaron un total de 44 perros con sus dueños. La segunda modalidad trataba de hacer una coreografía sincronizada con discos y acompañada de música. Los perros saltaban por encima de los dueños y mostraron sus virtudes. Sin ninguna duda, ésta fue la modalidad más llamativa y entretenida. Los aplausos no cesaban.

El 90% de los perros que participan de este deporte son de la raza Border Collie. Es un tipo pastor, muy ágil y atlético, que tiene cierta facilidad para la disciplina. Pero entre tanto Border Collie estaba Sam, un bóxer de 9 años. «Fuimos a ver hace tiempo una exhibición y nos encantó. Decidimos empezar a entrenar», explica Miguel Gaspar, dueño y entrenador de Sam, quien añade que «ensayamos con el grupo dos domingo al mes en el Anillo Mediterráneo pero, aparte, intentamos entrenar dos o tres veces a la semana en un terreno de césped». 

El jurado, sentado en primera fila, se encargaba de puntuar las habilidades de perros y dueños. «Estamos pendientes del instinto de las mascotas. A los dueños, les valoramos la variedad de los lanzamientos y el control del viento», explican desde el jurado. El ambiente era de diversión, aunque los participantes sabían que los cinco mejores clasificados tenían pase directo al campeonato del mundo.

Leia y su dueño Andrés fueron los primeros en actuar. Dejaron sin palabras a los presentes. Al acabar la coreografía, con saltos incluidos, Andrés cogió en brazos a Leia y le dio un beso. «Se establece un vínculo de confianza muy fuerte. Ella sabe que donde yo le tire los discos, estará segura», explica Andrés Jumilla.

Un poco más nervioso estaba Christian, de Terrassa. Hace cuatro meses murió su perrita y un amigo suyo le ha prestado su mascota para que pudiera competir en el evento de ayer. «Con Swart –así se llama el perro– nos hemos visto solamente un par de veces, pero tenemos mucho feeling. Creo que irá muy bien», auguraba Christian. 

Mientras tanto, Kira, de siete años, descansaba en su transportín. «Todo empezó cuando vi un vídeo por Youtube. Me gustó tanto que acabé asistiendo a un seminario en el País Vasco», explica Iván Escalada, dueño de Kira y vecino de Sant Andreu de la Barca. «Lo más importante es respetar el descanso de nuestras mascotas y dar a conocer sus cualidades más destacadas», añadió Escalada. Confianza es la palabra que ayer se respiraba en el Anillo Mediterráneo.

 

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