«El parque no es apto para mi hijo, es poco inclusivo»

Vecinos del Parc de la Ciutat denuncian que no es accesible para las personas con movilidad reducida, y proponen dar utilidad a la Quinta de Sant Rafael para revitalizar el recinto

10 noviembre 2020 06:30 | Actualizado a 10 noviembre 2020 06:45
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Amèlia baja a diario a jugar con su hijo de cuatro años, Nikolai, al Parc de la Ciutat. «Pero no es tarea fácil. Los días de que ha llovido y el suelo está mojado, es imposible acceder al parque. La silla del niño se queda atascada y, para sacarla de los agujeros de la tierra, necesito ayuda. Pesa cerca de 120 kilos», explica Amèlia. Su hijo Nikolai va en silla de ruedas. Además, esta familia denuncia que el parque es «totalmente exclusivo», y añade que «no está para nada adaptado a personas y niños con movilidad reducida». Prueba de ello son los columpios del Parc de la Ciutat. Nikolai apenas puede subirse a ninguno. «Es una pena, teniendo en cuenta que se trata del parque más grande de la ciudad». Amèlia, pese a vivir en la avenida de Roma, se ve obligada a desplazarse hasta el parque infantil de El Serrallo. «Ese sí que es inclusivo», dice esta madre que lleva años luchando por la causa.

Pero la familia de Nikolai no es la única que reivindica mejoras en materia de accesibilidad en el Parc de la Ciutat. Francisca Herrera es miembro de la nueva entidad vecinal, llamada Associació Moviment Veïnal Pere Martell. «Acceder al parque en silla de ruedas o con un cochecito de bebé, ya es complicado. Pero pasear por el interior, todavía es peor», asegura Herrera, quien propone crear circuitos para que la gente tenga facilidades. «Hablamos de pavimentar algunos tramos», añade Herrera.

«Me veo obligada a desplazarme hasta el parque de El Serrallo para que mi hijo pueda jugar»
Amèlia Gironés. Madre de Nikolai

Por su parte, el Ayuntamiento no tiene previsto llevar a cabo ninguna inversión, al menos, a corto plazo. Hace aproximadamente unos dos años, el antiguo equipo de gobierno realizó una serie de actuaciones para mejorar el aspecto y la accesibilidad del parque. Entre ellas, estaba pavimentar el acceso al recinto por la calle Battestini, renovar el mobiliario urbano y reforzar los puntos de luz. El Consistorio se gastó 60.000 euros pero, según los vecinos, no fue suficiente para solucionar las carencias del parque.

Objetivo: atraer gente

El Parc de la Ciutat es uno de los más extensos de Tarragona, dejando a parte el Parc Francolí. Se encuentra en pleno centro, actuando como un pulmón verde entre el ajetreo urbano. En cualquier otra ciudad de las características de Tarragona, sería concebido como la joya de la corona. Pero no es así en la nuestra. Anna Solis, una vecina, lo explica. «Para ir a trabajar me iría genial cruzar el Parc de la Ciutat. Pero no me da buena espina, y menos ahora, que enseguida se hace de noche», comenta Solis.

Y es que para la entidad vecinal, la accesibilidad no es el único problema del parque. «Creemos que está infravalorado y descuidado. Nuestra intención es dar ideas para revitalizarlo y darle la importancia que se merece. Que se convierta en un espacio agradable, que atraiga a la gente de todas las edades. Que haya zonas para actividades diversas», añade Herrera.

La falta de seguridad es uno de los Talones de Aquiles del parque. «Es poco seguro. Por eso pedimos que se instale una dotación de la Guàrdia Urbana, de forma permanente en el lugar», explica Herrera, quien añade que «el agente de proximidad sería ideal. Alguien que conozca los rostros más habituales en el Parc de la Ciutat y pueda identificar los actos vandálicos, antes de que se produzcan». La entidad vecinal reconoce que esto implica un coste alto, «pero creemos que el parque se lo merece».

«Creemos que el Parc de la Ciutat está infravalorado y descuidado. Queremos darle vida». Francisca Herrera, Miembro de la entidad vecinal

Otro vecino, Toni Puig, opina que «si conseguimos convertir la zona es un espacio atractivo, llenaremos el parque de tarraconenses y, aquellos grupos de jóvenes que actúan de manera incívica, o dicho de otra manera, que consumen droga en la vía pública, quedarán arrinconados y, poco a poco, lo dejarán de hacer».

El futuro de la Quinta

Otro de los dolores de cabeza para los vecinos es el futuro de la Quinta de Sant Rafael, el edificio modernista ubicado en medio del parque. La Associació Moviment Veïnal Pere Martell propone que este equipamiento sea el centro neurálgico del parque. «Nuestra apuesta es que la Quinta acoja un centro dedicado a la educación ambiental y a las ciencias de la naturaleza. Entorno a él, se podrían programar actos de todo tipo, como conciertos, charlas y clases de baile», apunta Herrera. La Quinta de Sant Rafael es propiedad del Ayuntamiento y, actualmente, se encuentra en estado de abandono. Es la casa de gatos y palomas.

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