Lástima del humo. Éste fue la única nota negativa de la segunda noche del Concurs Internacional de Focs Artificials de Tarragona. Pese a ello, esto no impidió que el público recompensara con intensos aplausos un espectáculo de gran nivel, que no bajó de intensidad durante sus diecisiete minutos de duración. La gran variedad de policromías y figuras podrían tener su recompensa en la entrega de premios del próximo domingo.
«Lástima del humo. Ayer también fue así, pero nada que ver», decía una mujer entre el público. Una familia del Vietnam quedó impresionada. De hecho, el marido se encargó de retransmitirlo íntegramente a través de las redes sociales, mientras deseaba felices fiestas en inglés desde Tarragona. Están de vacaciones y en absoluto se esperaban encontrarse algo así.
Las ráfagas de colores y los disparos acuáticos, bajos y altos se fueron combinando durante todo el rato para evitar que decayera el ritmo.
Esta fue la primera ocasión en la que la Pirotecnia Alpujarreña actuaba en el Concurs Internacional de Focs de Tarragona. La cuarta generación de esta sociedad, con 129 años de historia, preparó un espectáculo diseñado expresamente para este enclavamiento.
A las seis de la mañana de ayer habían empezado los trabajos de montaje, que finalizaron entre siete y ocho de la tarde. Más de doce horas de dedicación, en las que intervino un equipo de once expertos que ya llevaban el premontaje hecho desde las instalaciones de fábrica. «Es un espectáculo complejo y sincronizado en varios puntos, que requiere una gran labor», aseguraba Baños. Y así pudo comprobarlo el público, que quedó encantado con estos 17 minutos de repertorio.